Para bien o para mal, el ejercicio del esquema gobierno-oposición implica ver el vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de qué lado se esté de esa fórmula.
Un ejemplo de eso son las estrategias de reactivación económica que algunas administraciones locales y seccionales están implementando a través de las fiestas tradicionales de sus respectivas regiones.
Así, este fin de semana culminó la Feria de las Flores, de la que el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, dijo que “valió la pena: cinco millones de personas conectadas, $1.555 millones para 500 familias silleteras, $1.637 millones para 800 artistas y $2.344 millones para el pago para las 2.000 personas empleadas durante el evento. Medellín volvió a florecer”.
Sin embargo, el concejal Alfredo Ramos, del Centro Democrático, consideró que la Feria terminó “sin entusiasmo alguno. Pocas personas supieron que había. Ni siquiera el desfile de silleteros logró mover la ciudad. Eso de gastarse los recursos públicos porque sí hace mucho rato pasó de moda”.
Según las cuentas de la Alcaldía de Medellín, en empleos generados y reactivación económica la inversión superó los $2.344 millones y más de $125 millones se destinaron a premiaciones y concursos, como las Fincas Culturales Silleteras, la Cuadra más Engalanada y las intervenciones de arte gráfico urbano con cuatro murales y tres esculturas que se realizaron por primera vez en el evento. Además, la plataforma Visit Medellín, en la que se comercializan experiencias turísticas virtuales como recorridos por fincas silleteras, reportó más de 140.000 visitas desde su lanzamiento en agosto.