Ya es un lugar común señalar que casi en cualquier situación se puede ver el ‘vaso medio lleno o medio vacío’.
Pues algo así ocurrió ayer a propósito de un informe del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana sobre el uso de los recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), creado por el Gobierno nacional para atender los efectos económicos y sociales ocasionados por la emergencia sanitaria de la pandemia.
Por un lado, la representante por Bogotá, Ángela Sánchez, de Cambio Radical, consideró que “aquí hay recursos suficientes para seguir impulsando la reactivación económica. Nuestra propuesta: garantizar mayores oportunidades para el emprendimiento femenino. Así crece la economía y se cierran las brechas económicas y salariales”.
En contraste, el senador Rodrigo Lara, quien fue hasta hace poco copartidario de la parlamentaria Sánchez, trinó: “¿Quiere entender por qué Colombia según el Fondo Monetario Internacional tendrá una caída de -8,2% del PIB (una de las más altas de Latinoamérica) y tiene el desempleo más alto de América Latina? La respuesta es esta. No gastaron en los hogares ni en las microempresas. Dejaron morir el empleo de millones de personas”.
Con corte al 15 de noviembre, el Observatorio señaló que el FOME ha desembolsado $16,7 billones, lo que equivale al 41% del total de los recursos del Fondo, con lo que el saldo (el 59% restante) asciende a $23,8 billones.
De lo desembolsado, al sector salud se destinaron $4,7 billones, al programa Ingreso Solidario $4,1 billones, a los subsidios de nómina $3,3 billones y a las transferencias para programas sociales $3,8 billones.