Mientras Colombia reduce su miseria, según el índice anual de miseria HAMI, otros indicadores no son tan positivos en cuanto a ese aspecto; la OCDE señaló que Colombia es uno de los países más desiguales de América Latina y que la pobreza se hereda en más de 10 generaciones.
En cuanto al índice HAMI publicado por Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, en EE.UU., el expresidente Álvaro Uribe destacó ayer en su cuenta de Twitter: “Colombia ocupó el puesto 62 con 19,5 y mejoró 21 puestos. Cuba y Venezuela encabezan la lista de países en el Índice Mundial de Miseria 2021”.
Así mismo, el exmandatario publicó la lista de los 10 primeros países en ese ranking que encabezan los dos países latinoamericanos que menciona Uribe. En el tercer lugar aparece el primer africano, Sudán; luego le siguen Líbano, Zimbabue, Argentina, Surinam, Angola, Brasil e Irán.
Como lo destaca Álvaro Uribe, Colombia ocupó el puesto 62 con 19,5 puntos, justo detrás de Trinidad y Tobago y antes del archipiélago africano de las Comoras. El país mejoró 21 puestos en el ranking, luego de ocupar el lugar 41 en el escalafón anterior, con un puntaje de 35,4 en aquella oportunidad.
Los tres países menos miserables, según el HAMI, son Libia, Malta e Irlanda.
Lo que dicen algunos economistas
Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), le dijo a EL NUEVO SIGLO que “lo que uno ha visto es que Colombia ha venido progresando en materia de bienestar de la población, pero el tema de la pandemia nos echó para atrás; lo que venía un país ganando en crecimiento en la clase media, con el tema de la pandemia en 2020 se perdió un buen trecho”.
Díaz aseguró que el gran reto está en la generación de empleo y de ingresos para la población. “El tema de exportación permite que, precisamente, se generen ingresos para la población, porque permite que, frente a aquellos trabajadores que no tienen un ingreso derivado del mercado nacional, los extranjeros que compran en mercados colombianos paguen ese salario. Esa es una de las virtudes del tema exportador, que permite los ingresos con la venta de estos productos en los mercados internacionales”.
Por otro lado, Beethoven Herrera, magíster y doctor en Economía, docente en varias universidades, comentó a EL NUEVO SIGLO las cifras aportadas por el DANE: hay 20% de personas que no reciben ingreso, un 40% ha reducido sus ingresos y otro 20% tiene un ingreso incierto; “y más allá de lo que diga el estudio de la Universidad Johns Hopkins, tenemos que asegurarle a la población que tenga forma de recibir ingresos de manera más legítima, que es cultivando y transformando, con innovación, con emprendimiento, pero no con transferencias del Estado que tienen sentido en épocas de emergencia como una pandemia. Pero la población no puede vivir permanentemente con una transferencia del Estado, y no es sostenible para el Estado hacer todo con transferencias”.
“En Colombia el 54% de las tierras, los predios agrícolas, según el censo del DANE no tienen título, y eso es irregular porque las tierras deben tener su título, porque quien las compró las tituló. Una tierra sin título no puede tener crédito bancario, no tendría un proyecto productivo, no tendría trabajadores formales, de modo que no es bueno que haya medio país sin titulación. La formalización es una condición para superar la miseria”, agregó Herrera.
“Es noticia buena que mejoremos ese indicador mundial, pero hay que ser realistas: la pandemia dejó unos pasivos muy grandes y hay que restablecerlos”, añadió.
“Una tarea que hay que hacer es la formalización de las tierras, del trabajador informal; hay que hacer una repatriación de capitales que se han fugado. Extender la bancarización, facilitar el acceso al crédito y mejorar la innovación, son herramientas que cualquier gobierno responsable debería impulsar”, finalizó Herrera.
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Lo que dijo la OCDE
Vale recordar que hace una semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un informe sobre el panorama económico en Colombia para febrero de 2022 y, aunque hay puntos positivos de recuperación tras la crisis provocada por la pandemia del covid, las familias colombianas llevan la peor parte, pues hasta los tataranietos de aquellos colombianos que hoy son pobres serán afectados por la escasez de recursos.
Dentro de las conclusiones más importantes del informe destaca que Colombia es uno de los países más desiguales y con menor productividad laboral en América Latina. A pesar de esto la organización reconoció que el país ha logrado recuperarse positivamente tras la pandemia gracias al esfuerzo en nuevas políticas y programas sociales.
Para la OCDE el problema de que los colombianos hereden la pobreza por más de 10 generaciones es también un reflejo de la falta de oportunidades educativas. “Tras haber registrado uno de los cierres de escuelas más prolongados de la región y de la OCDE, es probable que se amplíen aún más las graves desigualdades educativas que existían antes de la pandemia... solo el 50 % de los niños de entre 3 y 5 años tienen acceso a la educación preescolar”, detalló la organización en su informe.
Lo que dice el Departamento de Prosperidad Social
Para Susana Correa, la directora del Departamento de Prosperidad Social, durante el Gobierno del presidente Duque se ha hecho la mayor inversión social en la historia reciente del país. “En tan solo tres años y cinco meses de este Gobierno, se han invertido más de $30,3 billones en transferencias monetarias, de un total histórico de alrededor de $59 billones. Esto representa el 51% de la inversión total desde que el primer programa de transferencias monetarias, Familias en Acción, fue creado en el 2001 como parte de los programas para la superación de la pobreza en Colombia”.
Ella recuerda que son cinco programas de transferencias monetarias: Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Ingreso Solidario, Colombia Mayor y Devolución del IVA. “Es con esta oferta que el gobierno ha entregado más de $30,3 billones a la población más vulnerable de Colombia. De estos cinco programas, es importante mencionar que dos iniciaron durante este Gobierno en el marco de la pandemia por covid-19: Ingreso Solidario y la Devolución del IVA. Los pagos de los programas son mensuales para Ingreso Solidario ($160.000) y Colombia Mayor ($80.000), y bimestrales para Devolución del IVA ($80.000), Jóvenes en Acción (entre $400.000 y $600.000) y Familias en Acción (según tabla de incentivos en salud y educación conforme al grado de escolaridad del menor).
Correa explica que “hay que tener en cuenta que las últimas cifras de pobreza monetaria publicadas por el DANE corresponden al año 2020, en las que se evidencia que indudablemente la pandemia del covid-19 tuvo un importante impacto en estas cifras. Sin embargo, el DANE también detalla cómo las ayudas a través de programas de transferencias monetarias evitaron que la pobreza monetaria se hubiese incrementado en 1,8 millones de personas y también que 2,3 millones de personas cayeran en pobreza extrema”.
“Para este año 2022, como lo ha expresado el señor presidente Iván Duque, el objetivo es reducir las cifras de pobreza monetaria a niveles prepandemia. Esto será posible gracias al buen desempeño económico que trae el país”, finalizó la funcionaria.