Luego de que el Ejército de Liberación Nacional (Eln) anunciara el posible congelamiento de los diálogos de paz con el Gobierno por incumplimientos, la Delegación de Paz gubernamental señaló que esta situación "prolongan la confrontación armada y la violencia que sufren las comunidades, así como a debilitar la confianza de la sociedad colombiana en su voluntad de paz".
A través de un comunicado de prensa, la delegación de Paz del Gobierno afirmó que desde que inició el proceso con esta guerrilla se ha cumplido con lo pactado.
"Desde el comienzo del proceso de las conversaciones con el Eln, el Gobierno nacional ha cumplido a cabalidad todos sus compromisos, y siempre ha estado dispuesto a encontrar salidas ante las situaciones críticas y las dificultades que ha enfrentado la Mesa de Diálogos", señala la misiva.
Esta situación surgió por el anuncio del gobernador del Nariño, Luis Alfonso Escobar, anunció el inicio de unos diálogos regionales con el Eln.
"Habiendo pactado un proceso nacional (...) ahora monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo la Delegación del Eln y la Mesa donde participa la Comunidad Internacional", precisaron los rebeldes.
Por su parte, el Ejecutivo aseguró que "respeta y alienta las iniciativas que mandatarios locales lideran para proteger a la población y realizar transformaciones sociales. La conducta y posición que asumen con relación a estas iniciativas los frentes y estructuras del Eln, no dependen ni son inducidas por el Gobierno nacional, sino responden a los clamores de comunidades cansadas de la violencia en el territorio"
Por otro lado, la delegación gubernamental cuestionó lo declarado por esta guerrilla y aseguró que "las decisiones que unilateralmente tome el Eln son su entera responsabilidad, y conducen a generar crisis innecesarias".
Finalmente, señalaron que "está en manos del Eln valorar lo avanzado en el proceso, los compromisos cumplidos por el gobierno, sus propios esfuerzos en función de la paz, y profundizar en una solución negociada que responda al clamor de paz de la población en los territorios".
Como se sabe esta nos es la primera vez que el proceso con la guerrilla entra en crisis, la más reciente se registró el año pasado cuando se conoció que el Eln había secuestrado al padre del futbolista colombiano Luis Díaz en La Guajira.
Treguas rotas
En armas desde 1964, el Eln tiene un pie de fuerza de unos 5.800 combatientes y una amplia red de colaboradores, según inteligencia militar.
Aunque cuenta con un mando central, sus frentes son autónomos en el campo militar, lo que según expertos dificulta las negociaciones.
Petro, el primer izquierdista en el poder en el país, apuesta por una salida final dialogada a seis décadas de conflicto armado y violencia, luego del histórico acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Inspirado en la revolución cubana y la Teología de la Liberación, el ELN ha sostenido negociaciones de paz con cinco gobiernos diferentes, sin llegar nunca a un acuerdo definitivo.
Las delegaciones del gobierno y el Eln han sostenido ciclos de diálogos en Venezuela, México y Cuba con no pocos traspiés.
La semana pasada la guerrilla suspendió "un paro armado" que obligó a miles de personas afro de una región pobre del Pacífico a confinarse.
Entonces, la oficina del Alto Comisionado para la Paz calificó la drástica medida como un acto de "deslealtad" de cara a las negociaciones y una tregua bilateral pactada hasta agosto.
Los rebeldes replicaron diciendo que se trataba de una acción "defensiva" ante los ataques del Clan del Golfo, la mayor banda narco de Colombia, que según el Eln opera "en alianza" con integrantes del ejército.
En otras regiones, la organización se enfrenta a disidentes del proceso de paz con las FARC, quienes negocian por aparte con Petro.