En 2016, la campaña por el no a los acuerdos de paz se enmarcó en el concepto de resistencia civil, resultando finalmente triunfadora en el plebiscito y llevando a Iván Duque a la Casa de Nariño dos años después.
Sin embargo, una invocación semejante hecha por el senador Gustavo Petro, de Colombia Humana, no fue bien recibida por el uribismo.
El senador del Centro Democrático, Gabriel Velasco, consideró que Petro busca “crear un caos propicio para impulsar sus intereses personales. Los populistas sin escrúpulos para llegar al poder pretenden poner en riesgo la democracia, las instituciones y el Estado Social de Derecho”.
Lo de Petro no es nuevo, anotó el representante Gabriel Vallejo, quien señaló que el candidato vencido ya había anunciado “esto que estamos viviendo el pasado 7 de agosto, cuando se posesionó” Duque. “Este llamado que hace Petro es irresponsable y oportunista”, agregó.
A su turno, el senador Ciro Ramírez sostuvo que “llamar a la desobediencia civil en medio de una crisis de salud pública sin antecedentes en la historia es irresponsable. Aquí lo que necesitamos es pasar esas diferencias políticas y unirnos en temas importantes, pero sobre todo en lo fundamental para sacar el país adelante. Llamar a la anarquía es lo más mezquino y miserable que puede hacer una persona en cualquier país”.
En la otra orilla, el asunto se mira de otra manera. La representante María José Pizarro, de la Lista de la Decencia, explicó que “hay que entender el concepto de la desobediencia civil en su integridad. Debemos entenderlo como lo impulsado por Mahatma Gandhi, como una acción de paz. Allí se buscaba retomar con acciones de resistencia democrática una herramienta de cambio social”.
Petro ha dicho que la desobediencia civil “es la forma más alta de acción y conciencia social de un pueblo cuando se enfrenta a gobiernos tiránicos o ilegítimos”.
Es que él, califica a Duque de ilegítimo porque “se hizo elegir con el voto comprado por el dinero del narcotráfico. De acuerdo a las sentencias del Consejo de Estado, basta que un solo voto haya sido fraudulento para anular una elección. Aquí estamos ante la presencia de centenares de miles de votos comprados y los autores son los narcotraficantes amigos del Presidente, aparte de las amistades narcotraficantes de la vicepresidenta”.
Pero las críticas a Petro no solo han surgido del uribismo. El expresidente liberal Ernesto Samper lamentó “no poder compartir el llamado a la desobediencia civil de Gustavo Petro, quien recibió en las últimas elecciones un mandato para sostener la paz y dejar atrás a los partidarios de la guerra, que encontrarían en su propuesta una razón para seguir en su locura belicista”.
Tampoco compartió el llamado Esteban Santos, hijo del expresidente Juan Manuel Santos, quien aseguró que “promover la resistencia o desobediencia civil es inefectivo e irresponsable. Echarle más leña al fuego no nos llevará a ningún lado. Debemos fortalecer las instituciones y demostrar nuestras inconformidades, no con hashtags ni con foticos recortadas, sino en las urnas”.