LA CREACIÓN de la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer y el lanzamiento por parte del Ministerio de Defensa, de una cartilla sobre violencia sexual y conflicto armado son apenas dos de los ejemplos a través de los cuales se puede evidenciar el avance que ha tenido la política de género en el país. La misma que hoy reconoce la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por medio de una de sus consultoras internacionales en Justicia de Género para el país, Julissa Mantilla.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, la consultora reconoció que faltan muchas medidas para la protección de las mujeres, como incluirlas de manera más activa en las mesas de negociación de los diálogos de paz o el tener un mejor y más fácil acceso a la administración de justicia, entre otros aspectos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la urgencia de analizar el efecto dela violencia sexual y el conflicto armado sobre las mujeres?
JULISSA MANTILLA:- La violencia sexual es el crimen internacional que recibe el mayor número de impunidad. Si se revisan las cifras de Medicina Legal y la Fiscalía nos damos cuenta de que, estadísticamente comprobado, hay un número grande de mujeres víctimas, sin embargo, sus casos no llegan a las últimas instancias de la justicia. Hace tres años la Fiscalía, en el tema de Justicia y Paz, reveló las cifras sobre violaciones de los derechos humanos que se derivaban de las versiones libres (de los imputados) y entre ellas había, por decir algo, unos 20 mil homicidios, cifras grandes de violaciones a los derechos humanos, pero los casos de violencia sexual no llegaban ni a 30.
Entonces el objetivo de hablar sobre el tema es reflexionar sobre qué es lo que está pasando, por qué la violencia sexual sigue, por qué no se denuncia y por qué no se investiga. Creo que, más allá de los estándares, de los tratados y de que la jurisprudencia avance lentamente, hay un problema en la formación de abogados y abogadas que llevamos estos casos, ya que no somos formados entendiendo que la violencia sexual es un crimen internacional.
ENS: Desde su conocimiento en el área, ¿qué balance se puede hacer sobre estos casos en el país?
JM:- En el caso de Colombia hay avances muy importantes como la creación de una Alta Consejería para la Equidad de la Mujer. También el Ministerio de Defensa presentó una cartilla sobre violencia sexual y conflicto armado, la cual dice que si un miembro de las Fuerzas Armadas comete una violación sexual una de las consecuencias de ese ilícito es que pasa a conocimiento de la justicia penal ordinaria. Eso es muy importante resaltarlo porque es un compromiso y se han creado directivas.
Sin embargo, creo que el problema trasciende y casos gravísimos en el país. Por ejemplo, cuando se creó (la ley de) Justicia y Paz no se hizo con perspectiva de género y no se creó con una visión de investigar la violencia sexual. Esto se ha ido logrando con el trabajo de fiscales muy comprometidos. El problema es que se crea la ley y poco a poco se le van añadiendo los elementos, pero no se hace la discusión desde el inicio. Creo que para este proceso de paz de Colombia es fundamental que la Comisión de la Verdad que eventualmente se cree, desde el principio establezca la necesidad de investigar la violencia sexual.
ENS: ¿Cómo trabajar desde la mesa de negociación entre Gobierno y Farc para mejorar la calidad de vida de la mujer?
JM:-. Celebro que se haya iniciado ese proceso de negociación, pero creo que debe haber muchas más mujeres en la mesa de negociación, esto porque por un lado están los estándares internacionales y las resoluciones del Consejo General de la ONU pero, por otro, lo dijo el presidente Juan Manuel Santos cuando vino la directora de ONU Mujeres, Michelle Bachelet: que no puede haber paz real cuando no se incorporan a las mujeres en los procesos de negociación. Eso no quiere decir que se sumen solamente mujeres en la mesa, sino que los problemas y las necesidades específicas del género sean un punto especial en la agenda porque las mujeres son las que acompañan el proceso de desplazamiento, son las que buscan a los desaparecidos, las que buscan justicia… No es justo que las mujeres sostengan al conflicto y no puedan estar en la mesa de la paz.
Mujeres de las minorías
Julissa Mantilla hizo un breve panorama de la situación en la que están las mujeres colombianas que pertenecen a minorías étnicas. “La violencia sexual que afecta en líneas generales a mujeres, en el caso de grupos indígenas y afrodescendientes, tiene repercusiones mayores y de mayor gravedad, así como problemas para acceder a la justicia. Ahí viene la discusión entre la justicia propia y los otros tipos de justicia. Hay un caso en el Cauca en el que muchas mujeres recurrieron a la justicia propia y vieron que las sanciones a las violaciones eran trabajos comunes, trabajos forzados pero las mismas mujeres no sentían que eso representara un castigo”.