Para los analistas, están bien los umbrales exigidos por la ley para los mecanismos de participación, pero lo que hace falta es pedagogía para la ciudadanía
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Tras un año de la Consulta Popular Anticorrupción los partidos hacen sus balances. Mientras algunos sostienen que hicieron falta pocos votos para su aprobación, otros aseguran que se desperdició el dinero público en la convocatoria. Sin embargo, hay que preguntarse si los mecanismos de participación ciudadana están bien como están o les hacen falta ajustes para que sean más efectivos.
En la Constitución existen cinco mecanismos de participación ciudadana: el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, el cabildo abierto y la iniciativa legislativa popular.
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Cada uno de los mecanismos tiene unas reglas específicas de recolección de firmas y convocatoria a las urnas.
Umbrales
Para el referendo, según la Registraduría “el número de apoyos mínimo debe ser equivalente al 5% del censo electoral. El referendo que busca derogar una ley debe tener un número de apoyos equivalente al 10% del censo electoral. Los referendos que se refieran a normas del ámbito territorial deben tener el respaldo del 10% del censo electoral de la respectiva circunscripción”.
En el plebiscito, en cambio, debe participar al menos el 50% de la población; en la consulta popular “se requiere que la iniciativa tenga un número de apoyos equivalente al 5% del censo electoral, si es de carácter nacional, y del 10% del censo electoral de la circunscripción electoral correspondiente, si se realiza en una entidad territorial”, dice el organismo electoral.
La revocatoria del mandato, según la organización electoral, se hará efectiva “si se pronuncia a su favor la mitad más uno de los ciudadanos que voten en la convocatoria, siempre y cuando el número de sufragios no sea inferior al 40% de la votación válida registrada en la elección del mandatario”. Y para el cabildo abierto solo puede ser solicitado por un número de personas no menor al cinco por mil del censo electoral correspondiente.
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Según el constitucionalista Rodrigo Uprimny, “el problema es que esta regulación hace muy difícil la aprobación de cualquier referendo, pues no solo la participación en Colombia es baja, sino que, además, paradójicamente, estos ‘umbrales de participación’ estimulan ciertas formas de abstención. Muchos opositores del referendo pueden optar por no participar en vez de votar negativamente la reforma, con la idea de hundir el referendo por no alcanzar el umbral”.
“La Constitución se equivocó al incorporar los ‘umbrales de participación’, pues estos desestimulan la participación”, sostuvo Uprimny, a lo que, agregó, “no significa que debamos suprimir de tajo cualquier idea de umbral, pues no es bueno que una reforma constitucional pueda ser aprobada por una ínfima minoría de ciudadanos movilizados. Pero deberíamos usar otro mecanismo, que son los llamados ‘umbrales aprobatorios’, conforme a los cuales un referendo es aprobado si la mayoría de los participantes votan a favor y esos votos favorables representan un porcentaje del censo electoral. Estos ‘umbrales aprobatorios’ no estimulan entonces la abstención activa, pues el cálculo del umbral toma en cuenta solo los votos favorables y no la participación en general”.
De hecho, el Congreso se dio a la tarea de reformar los mecanismos en el 2015 bajo la ley 1757 que entre otras cosas reglamentó la cantidad de votos requeridos y la forma de control de los llamados mecanismos de participación ciudadana. Según le dijo a EL NUEVO SIGLO el director de la Fundación Plural, Armando Novoa, “en términos generales el diseño que hoy tenemos es adecuado y la falla que hubo, por ejemplo, en la consulta popular se deriva en la brevedad del tiempo de la campaña y en la falta de compromiso institucional de la organización electoral con la divulgación de los mecanismos. Bajar el umbral puede servir para una buena y una mala causa. Hay que buscar un equilibrio que, sin afectar el principio participativo, llegue a los ciudadanos”.
Cultura política
Para el expresidente de la Corte Constitucional, Alfredo Beltrán, modificar estos mecanismos “depende de las mayorías del Congreso. Es decir, la mitad más uno de la totalidad de los miembros de cada una de las cámaras. Me parece que los mecanismos sí podrían, por ejemplo, variar el número de votos requeridos para una petición sometida a la consulta popular con mayor posibilidad de que lo propuesto tenga una aprobación. Sin embargo, puede suceder que si se baja el umbral esto no beneficie a los mecanismos de participación, pues si después, confiados en el umbral, los ciudadanos no salen a votar estaríamos ante el mismo problema. La fórmula definitiva no sería esa, sino una mayor educación política para que los ciudadanos sean conscientes del poder que les da la Constitución”.
En ese sentido la representante conservadora Adriana Matiz aseguró que “en el país no había una tradición de los mecanismos de participación ciudadana y hemos avanzado a pasos agigantados. Aquí no se trata de modificar o de cambiar la ley que los regula sino de empoderar al ciudadano. Los mecanismos están bien concebidos ya se han hecho las modificaciones pertinentes lo que viene es empoderar a la ciudadanía”.
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A su turno, Angélica Lozano, de la Alianza Verde, afirmó que “hay que hacer una reflexión en el país sobre por qué no han funcionado los mecanismos. Sin embargo, lo que pasó con la consulta no es razón para modificar las reglas debe haber ajustes en los tipos de publicidad, en los tipos de financiación. Las mismas reglas deben ser para todos, deben ser universales, previas y no hacerse a la medida de ciertas personas o grupos políticos”.
Por último, el senador Fabio Amín, del Partido Liberal, sostuvo que “el país se caracteriza por tener eventos electorales cada dos años. No acabamos de elegir Congreso, cuando hay consultas, luego la primera vuelta presidencial y segunda vuelta para el mismo cargo y en octubre vamos a elegir autoridades locales. Aquí lo que se trata es que la ciudadanía asuma la gran responsabilidad. No solo del derecho a exigir sino frente al deber de participar”.