Todos los años escribo algunas reflexiones de los cambios que se han dado desde tu partida (Carlos Murcia Cadena), hace 13 años, cuando te nos adelantaste en este viaje, que a todos, tarde o temprano, también nos tocará.
Este año 2020 ha sido particular para todos. Fue un periodo de pandemia, en el que todos se vieron afectados de una u otra manera. Unos perdieron a sus seres queridos. Otros, sus familiares cayeron enfermos pero se recuperaron. Algunos más perdieron económica y anímicamente al ver que tenían que aislarse de sus familias y no podían visitarse o reencontrarse.
Para otros fue un aprendizaje, porque adquirieron nuevas formas y rutinas de vida. Antes de esta terrible pandemia, que parece una película de terror, el panorama político era uno; hoy, cuando parece que está pasando todo, el ambiente en el país político es diferente, con nuevos candidatos que estarán por salir a la palestra pública.
A nivel de los medios de comunicación hubo cambios importantes y la tecnología entró más a las casas, y se permitió el teletrabajo, debido a que los ciudadanos le tenían miedo al papel periódico; algunos dejaron de circular y tuvieron que cerrar, despedir periodistas y personal administrativo. Todo eso ha ocurrido en este año lleno de incertidumbre, en que por primera vez los niños no podrán pedir dulces el 31 de octubre con mayor libertad, y en que los ciudadanos deben cargar el tapabocas por obligación, mientras sale la tan anhelada vacuna.
Ahora, hablando a nivel de familia, el núcleo familiar que dejaste permanece más unido que nunca, pese a las prohibiciones que hubo, pero también con nuevos integrantes que aumentaron en número de nietos, nueras y yernos.
En esta crisis por el coronavirus, hubo en la familia héroes; unos porque sobresalieron en sus profesiones, y otros porque libran la gran batalla de vencer el “virus chino”, como lo bautizó el colega y amigo tuyo Juan Carlos Martínez.
Carlos Fernando Vargas, cuñado tuyo y hermano de mi madre, salvó como médico muchas vidas en Leticia; para fortuna se ha protegido bien y no le llegó el covid-19.
Pero al sobrino Rodolfo Muñoz, quien siempre ha vivido en Pitalito, Huila, ahora que se está reactivando la economía le tocó ser un soldado más y batallar contra el coronavirus, y hasta el momento le va ganando, gracias al ánimo que tiene de seguir viviendo con nosotros, hoy ya está de nuevo en su casa recuperándose para seguir en su vida del campo.