El Legislativo perdió relevancia debido a las circunstancias que rodearon las sesiones ordinarias durante la cuarentena y que al parecer, continuarán igual por un largo rato
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La llegada del coronavirus a Colombia le hizo daño al Congreso. No solo retrasó el inicio de sesiones, cuando los congresistas se engancharon en una pelea bizantina sobre si había o no autorización para sesionar de manera remota, sino que además hizo que perdiera conexión con la ciudadanía.
Hoy, en medio de la tradicional pugna partidista sobre quiénes serán los presidentes de Cámara y de Senado, la noticia parece haber perdido impacto.
El Congreso se apresta a iniciar un nuevo periodo de sesiones, pero esta vez desde la llamada “nueva normalidad”. Al parecer los protocolos ya están claros e incluyen una instalación en medio de la Plaza de Bolívar, único lugar donde se puede seguir el protocolo de distanciamiento social, pero sin los famosos saludos, abrazos y besos de entrada al Salón Elíptico del Capitolio Nacional y mucho menos, presencia de los miembros de las UTL ni de los periodistas.
Esta situación no deja de lado lo que se vive tras bambalinas en los partidos políticos. En la Cámara algunos congresistas aseguran, en voz baja, que le salió competencia al que se daba como seguro presidente de la corporación, Germán Blanco. En el Senado todavía se espera la decisión de la familia Char, sobre la candidatura de Arturo Char a la presidencia de la corporación.
Pospandemia
EL NUEVO SIGLO consultó con varios expresidentes de Senado y Cámara quienes aseguraron que las sesiones virtuales han servido para realizar el control político necesario del Gobierno nacional. Sin embargo, otros sostienen que el Congreso ha perdido protagonismo y se ha desconectado del público en general.
El expresidente de la Cámara, Alfredo Deluque, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), aseguró que “al principio hubo cierto escepticismo sobre la calidad del trabajo virtual, pero en la medida en que fueron avanzando las sesiones y se vieron las aprobaciones de proyectos importantes y los debates de control político, la gente comenzó a ver que se podía trabajar de esa manera y que el Congreso se debía adaptar a la realidad de trabajar desde la virtualidad”.
Deluque sostuvo que “es normal que en este periodo de receso el Congreso pierda protagonismo porque no estamos sesionando, pero luego del 20 de julio, cuando ya tengamos claras las conformaciones de las mesas directivas, ese hecho va a despertar nuevamente el interés de las personas. Porque aquí lo que pasa es que en este nuevo periodo tenemos que hacer las leyes para resolver los problemas que están surgiendo en esta pandemia y los que vienen en la pospandemia”.
Reemplazado
Por otro lado el expresidente del Senado, Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, indicó que “el país vivió un momento muy difícil y era la opción que había para sesionar, lo que hicimos era lo más prudente, había que hacerlo. Sin embargo, en estricto sentido un Congreso virtual mermó mucho la calidad del debate de control político por un lado y de formación de leyes por otro lado. En el presencial hay más debate, hay interpelaciones y hay más opción de mantener vivo el debate y yo creo que el Congreso debe ir pensando en un Congreso, si bien, no absolutamente presencial sí semipresencial”.
Velasco sostuvo que “el Gobierno ha expedido cerca de 170 decretos en reemplazo del Congreso lo que quitó al Legislativo el papel del debate para hacer las leyes. Es evidente que si este se queda quieto y no recupera espacios y no le hace debate a los decretos, el Legislativo terminará ayudando en su desprestigio. Una de las primeras acciones para el Congreso es asumir el debate sobre los decretos que sacó el Gobierno. A mí me parece vergonzoso el debate de 176 decretos que duró 4 horas en el que se aprobó una proposición para derogar el decreto en el que el Gobierno se autohabilitaba para vender las empresas del Estado y hoy el Gobierno no ha dicho nada”.
Desconexión
El expresidente de la Cámara y hoy senador Rodrigo Lara, de Cambio Radical, indicó que “con Congreso virtual no hay control político y si no hay control político no hay una debida vocería ni representación del sentir ni de los problemas de los colombianos. Si no hay control político hay desconexión. La razón de ser del Congreso es reunir en su seno todas las expresiones políticas de una nación para que equilibren el inmenso poder de la rama Ejecutiva si el Congreso sesiona desde la casa de los parlamentarios pierde su dimensión política y su aptitud para hacer control político. Este es un Congreso desconectado de la gente que no representa nada”.
Por otro lado, Germán Varón, copartidario de Lara y como él expresidente de la Cámara y ahora senador, aseguró que “si bien es cierto que existe desconexión, también es cierto que no podía ser de otra manera, la mesa directiva tomó la decisión lógica que no era fácil, entiendo la inquietud de mis colegas pero se hizo lo mejor que se pudo”.
Sin alternativa
Por último, el expresidente del Senado, Efraín Cepeda, del Partido Conservador, aseguró que “los congresos presenciales tienen una dinámica diferente, pero en época de pandemia no había otra alternativa. El Congreso virtual le cumplió al país. Yo creo que los colombianos se pudieron conectar con nosotros. Se aprobaron proyectos, se hicieron los debates y se hicieron jornadas extenuantes de más de 14 horas. De manera que no habiendo otra alternativa para cumplir los decretos, tocó tomar esta decisión. Estoy seguro que cuando la curva de contagios vaya en descenso llegará el momento de volver a las sesiones presenciales y la forma de cumplir los protocolos”.