Pese a que el Legislativo logró la aprobación de algunos proyectos importantes, esto se hizo, en la mayoría de los casos, en los últimos minutos
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El Congreso de la República no la tuvo fácil este año y pese a las grandes reformas que requiere el país, las discusiones se concentraron en otros debates, lo que terminó haciendo que se apuraran las discusiones de las leyes para los últimos minutos por la falta de tiempo.
El Presupuesto Nacional, el Plan Nacional de Desarrollo y la Ley de Crecimiento (la misma reforma tributaria que bajo el nombre de Ley de Financiamiento se cayó en la Corte Constitucional) fueron los grandes temas de discusión.
Tras el llamado a extras para aprobar el Plan de Desarrollo, el Congreso se concentró en las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz, seis peros a igual número de artículos específicos. La discusión estuvo reñida y el Gobierno perdió, en la Cámara, con 110 votos en contra.
En el Senado el asunto fue a otro precio. El 30 de abril la votación final fue de 47 votos a favor de hundir la iniciativa y 34 en contra, por lo que el entonces presidente de la corporación Ernesto Macías determinó que debido a que el quorum decisorio era de 94 senadores (porque existían 14 impedidos) se requería de 48 votos favorables para lograr la respectiva mayoría calificada. Como la mayoría de 47 votos era insuficiente para decir que negaba las objeciones, jurídicamente quedó que el Senado no decidió sobre el tema y el asunto fue enviado a la Corte Constitucional.
El alto Tribunal, luego de meses de deliberación, le ordenó al presidente Iván Duque sancionar la ley, pues consideró que el trámite de las objeciones fue correcto y cumplió con el quorum necesario para que la iniciativa se hundiera. Unos días después el Mandatario decidió acatar la decisión del tribunal, pero advirtió que nunca “dejaré de defender los principios que han motivado al pueblo colombiano para que tengamos una paz con justicia, una paz en la que todos creamos. Así seguiré procediendo todos los días de mi vida”.
Nueva legislatura
El 20 de julio el Congreso relevó a los presidentes de Cámara y Senado. Esta vez el Gobierno sabía que tenía que adelantar sus iniciativas con las presidencias de los liberales y de Cambio Radical, dos partidos que desde el principio se declararon independientes.
El primer año del Congreso había demostrado que el Gobierno no tenía las mayorías en el Legislativo. Pese a que lo respaldaba el partido mayoritario, el Centro Democrático, su coalición estaba conformada por los conservadores, el MIRA y parte de La U. Sin embargo, le faltaron los apoyos de dos pesos pesados en el Congreso: Cambio Radical y el Partido Liberal. Esas bancadas en algunos proyectos lograron poner en calzas prietas a la coalición gubernamental, al sumarse a los votos negativos de la Lista de la Decencia, los verdes, el Polo Democrático, el partido Farc y los disidentes de La U.
Al ritmo legislativo, que avanza a paso lento, se sumó la campaña electoral regional, donde los senadores y representantes son fichas claves. Los debates se hicieron cortos, igual que las sesiones. La mayoría de los parlamentarios adelantaban correrías que en ocasiones se cruzaban con los días en que tenían sesión, lo que hizo que las convocatorias no tuvieran la asistencia requerida o que se hicieran de afán.
La campaña se adelantó con un clima enrarecido por la violencia que se vivía en las regiones y varios hechos, que pese a ser tangenciales, afectaron al Congreso. Por un lado el tema de ‘Jesús Santrich’, su posesión en la Cámara y su posterior fuga. Sin contar claro que debido a las decisiones de la JEP, el entonces fiscal Néstor Humberto Martínez renunció, lo que generó un revolcón político. A estos hechos se sumaron las sendas investigaciones de las cortes en contra de dos de los pesos pesados del Congreso. Primero la anulación de la elección que le decretó el Consejo de Estado al senador verde Antanas Mockus. Y segundo la apertura de investigación formal que hizo la Corte Suprema de Justicia contra el expresidente Álvaro Uribe.
Reforma tributaria
Adicional a estas situaciones, la Corte Constitucional decidió tumbar la Ley de Financiamiento, una iniciativa fundamental para el Gobierno. Conforme a la sentencia, se volvió a presentar la reforma tributaria, rebautizada como Ley de Crecimiento, que para el final de las sesiones tuvo que votarse en extras pues el tiempo, como era previsible, no alcanzó.
Tras la decisión del tribunal el Congreso tuvo que apretar tiempos y algunas leyes, como la que dejaba a la violación como un delito no conexo al delito político, sufrieron las consecuencias.
Terminada la campaña, ya se sabía que la protagonista iba a ser la Ley de Crecimiento. Sin embargo, un debate de control político revolcó la arena política cuando el senador Roy Barreras, de La U, reveló que el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, conocía que en un bombardeo de las Fuerzas Militares habían muerto ocho menores de edad.
El país se estremeció con el caso y ya se hacían cuentas, pues Botero sería el primer ministro en la historia del país que caería luego de una moción de censura en el Congreso. Algunos días después Botero dio un paso al costado.
Simultáneamente, avanzaban los preparativos del paro cívico nacional cuya hora cero se definió para el 21 de noviembre, mientras el partido de gobierno advertía que las manifestaciones estaban influenciadas por el Foro de Sao Pablo. El Gobierno tomó medidas, entre las que estaban la militarización de las calles, para evitar inconvenientes el día de la manifestación.
La tensión también se vivió al interior del Legislativo. Durante los primeros días del paro las sesiones terminaron más temprano que de costumbre, los debates duraron poco y varios parlamentarios pusieron al Congreso de interlocutor para encontrar una solución que permitiera la solución del clamor social.
Así las cosas y con la tormenta perfecta sobre la cabeza, el Congreso aprobó la Ley de Crecimiento, el proyecto que elimina la casa por cárcel para los corruptos, la reforma a las regalías, la ley de servicios bancarios y la cadena perpetua contra violadores de niños. Proyectos sin duda importantes, pero que se votaron en los últimos minutos debido a las coyunturas.