Fueron cuatros años atípicos para el Legislativo: comenzó luego de una elección altamente polarizada, con una fuerte fragmentación al interior de los partidos políticos, enfrentó un ciclo intenso de movilizaciones sociales y más de la mitad de su gestión se dio durante la pandemia por covid, una emergencia sanitaria que afectó directamente la capacidad de la institución para cumplir con garantías sus principales funciones.
Según la data arrojada por Sonar, sistema de monitoreo de asuntos regulatorios de la firma de relacionamiento estratégico Orza, durante estos cuatro años el Congreso radicó un total de 2.319 proyectos de ley, de los cuales solo 267 se convirtieron en Ley de la República, 1.784 fueron archivados y 268 quedaron pendientes para el próximo período, dejando al Congreso 2018-2022 con una tasa de aprobación del 11,5 %.
Tal y como explica Juliana Ocampo, abogada y socia de Orza, el número de proyectos que tramita exitosamente un Congreso no refleja su eficiencia, y producir leyes no es su única función. Sin embargo, tener una diferencia de más de 2.000 proyectos entre los que se radican y los que se convierten en ley, sí muestra un Legislativo con baja productividad. Una tendencia que se confirma con el alto número de proyectos archivados: 74,2 % de los proyectos que se presentaron durante el cuatrienio.
Fueron alrededor de 140 iniciativas entre leyes estatutarias y actos legislativos: un 6,2% de los proyectos presentados en el Congreso pretendían modificar, reformar, adicionar o derogar la Constitución en temas como los derechos fundamentales de las personas, la administración de la justicia, el régimen de partidos políticos y las instancias de participación, entre otros.
Comisiones
El reporte de Sonar detalla que las comisiones primeras, sextas y séptimas fueron las que más afluencia de proyectos tuvieron estos cuatro años. Entre estas tres comisiones permanentes suman alrededor del 65% del total de los proyectos presentados en el Congreso este cuatrienio. “La comisión cuarta tuvo una baja afluencia de proyectos, teniendo en cuenta que discuten temas económicos más específicos, como reformas tributarias y presupuestos para las vigencias fiscales”, explica Ocampo.
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Este Congreso presentó un gran número de proyectos de cultura y honores, algo que contribuye a que las comisiones sextas sean unas de las que más proyectos recibieron. Las cuatro temáticas que más proyectos tuvieron estos cuatro años fueron medio ambiente, asuntos laborales, seguridad social y, por último, salud. Áreas en las que el próximo presidente tiene apuestas de transformación.
Otra reflexión sobre el resultado legislativo 2018-2022 la da María Jimena Escandón, también abogada y socia de Orza. A su criterio, el fraccionamiento propio de los partidos políticos y una emergencia sanitaria apremiante devinieron en un Congreso con dificultades para encontrar consensos. Del total de proyectos presentados, 2.189 fueron de origen congresional y 130 de origen gubernamental, dejando una tasa de aprobación de 9,3% para proyectos de origen cameral (204 proyectos aprobados) y del 48% para los gubernamentales (63 proyectos aprobados).
Las comisiones con mayor tasa de aprobación fueron las cuartas (31,25%), segundas (28,44%) y quintas (16,8%).
“Los temas de medio ambiente fueron los que más impulsaron la tasa de aprobación de las comisiones quintas. No en vano la temática de medio ambiente fue la quinta con mayor cantidad de iniciativas aprobadas durante el cuatrienio”, aseguró María Jimena Escandón.
La herencia
Son 268 los proyectos que quedarán en trámite para la próxima legislatura. Muchas de estas iniciativas tienen poco chance de continuar su discusión, pues requieren de la voluntad política de los nuevos congresistas para lograr tracción en la corporación. Sin embargo, hay debates pendientes que es probable que el Legislativo retome, dado el grado de discusión y de relevancia de ciertos temas. Según Ocampo, el Acuerdo de Escazú es uno de ellos. Con un Congreso con mayor participación de sectores alternativos es probable que haya presión para discutirlo.
Dentro del gran número de proyectos que se archivaron también hay agendas que, con seguridad, volverán al próximo Congreso, incluso algunas de ellas alineadas al programa de Gobierno entrante: reforma al Icetex y matrícula cero, prohibición de aspersión con glifosato, modificaciones al sistema pensional, prohibición de fracking y explotación de yacimientos no convencionales de hidrocarburos (YNC), reforma a la salud, entre otras.