En los próximos días la Registraduría Nacional dará a conocer el censo para los comicios presidenciales del 29 de mayo, que será un poco superior al que se registró en las pasadas parlamentarias, que fue de 38.819.901 ciudadanos habilitados. De este conjunto 20.031.855 son mujeres, un potencial que a pesar del abstencionismo de siempre, será decisivo en la elección del nuevo inquilino de la Casa de Nariño.
En ese sentido el peso que tendrá el voto femenino en las presidenciales de mayo próximo es motivo de análisis por parte de los expertos y un quebradero de cabeza para los ocho aspirantes, entre estos una mujer, Íngrid Betancourt, que buscan ingeniarse cómo lograr que los favorezca.
Aunque en este punto el mayor escollo es que la participación de la mujer en las urnas es sensiblemente inferior a la de los hombres. Para decirlo de otra manera, es mayor la abstención femenina que la masculina.
En este punto son pocos los datos que se conocen debido a que, como el voto es secreto, en los resultados de los distintos comicios la organización electoral no discrimina cuántos hombres y mujeres sufragaron.
Sin embargo, hay un dato revelador de la encuesta de Cultura Política del 2019 que realizó el Departamento Nacional de Estadística (DANE), que preguntó a los ciudadanos si votaron en los comicios presidenciales del 2018. El resultado fue que sí sufragaron el 74,1% de los hombres y el 25,5% de las mujeres.
Otra fuente que confirmaría que es baja la participación de las mujeres en las urnas, en comparación con los hombres, corresponde a las encuestas de intención de voto por los distintos candidatos. En el caso de varias que se han realizado para las elecciones presidenciales de este año, muestran una proporción de 60% a 40%, respectivamente, de personas que respondieron que piensan sufragar.
Cómo se comportaría
EL NUEVO SIGLO consultó a varios expertos para conocer su opinión de cuál sería el peso del voto de las mujeres en las elecciones presidenciales de este año y cuáles variantes lo determinarían.
Martín Orozco, gerente de Invamer-Gallup, dijo con base en los resultados del estudio más reciente que hizo esta encuestadora, en febrero pasado, que “el porcentaje de mujeres que dicen que definitivamente sí iban a votar es 47%, mientras que en los hombres llega casi al 60%. O sea, que sí hay una diferencia, pero no es demasiado sustancial. Sí hay más participación de hombres, pero las mujeres están participando”.
Por su parte, Adriana Benjumea, de una oenegé que trabaja por la paz y justicia de género, dijo que “creo que el voto femenino va a ser muy importante en estas elecciones porque se vieron movimientos para el Senado, por ejemplo, Estamos Listas Colombia, un movimiento feminista que saca 108 mil votos, y que no logra ninguna curul en el Senado pero que moviliza ya no solamente votaciones en Antioquia sino en otros lugares del país”.
Agregó que la presencia de una mujer en la Vicepresidencia de la República y propuestas que se han hecho como crear el ministerio de la mujer o el ministerio de la igualdad, “creo que van a movilizar mucho a las mujeres, las mujeres jóvenes, para las elecciones presidenciales”.
Benjumea consideró que las mujeres votan en menor medida que los hombres, a pesar de que son más en el total de la población, “porque realmente el voto no ha sido un derecho del que siempre hemos gozado. Hace un poco más de 50 años las mujeres podemos votar en Colombia, entonces es un derecho que obtuvimos tardíamente”.
Agregó que no siempre tampoco las mujeres han podido elegir “sobre nuestro cuerpo, sobre nuestros derechos, y por supuesto no siempre hemos podido votar. Entonces es normal que los hombres, que históricamente han tenido ese derecho, acudan mucho más a las urnas que las mujeres”.
Añadió la codirectora de la Corporación Humanas Colombia que “necesitamos procesos pedagógicos que ayuden también a que las mujeres defendamos ese derecho en condiciones de igualdad, de seguridad”.
En cuanto al comportamiento que podría tener el voto femenino en las elecciones presidenciales dentro de dos meses, Benjumea dijo que este no es homogéneo. “Las mujeres somos una diversidad en la sociedad. Los votos feministas no serán por supuesto por el hecho de ser mujer, van por una agenda también progresista para hombres y mujeres y para sectores más excluidos. Ese es el lugar donde se ubicarían esos votos feministas”.
Le puede interesar: Propuestas de los candidatos en materia de seguridad ciudadana
Agregó que hay otra expresión de voto femenino que “es un poco mujer contra mujer, independiente de la política. Hay, por supuesto, votos de opinión, que son independientes de si es un hombre o una mujer”.
Por ello enfatizó que “no podemos decir que en Colombia haya un voto identificable de las mujeres o que todas las mujeres que votan son feministas, ojalá seguramente con eso sería un mejor país. Lo cierto es que la diversidad de las mujeres acudirán por razones diversas de seguimiento a un partido, de posturas políticas democráticas, de cambio”.
A su turno, César Caballero, gerente general de Cifras y Conceptos, indicó que “el voto de las mujeres en Colombia ha venido creciendo en el nivel de participación a lo largo de los años, pero no es un voto homogéneo porque hay mujeres que votan en distintas tendencias”.
Explicó que hay un voto que busca una agenda femenina, “que es, por ejemplo, representado por movimientos como Estamos Listas y por personas que apoyan el feminismo. Pero no todas las mujeres apoyan ese movimiento, hay mujeres y hay líderes políticas conservadoras muy importantes. Entonces hay parte del voto femenino que también vota en la derecha y parte del voto femenino que vota en el centro”.
Agregó Caballero que no necesariamente el voto femenino lo captura una candidata. “Hemos hecho varias encuestas sobre eso y apenas como el 62% de las mujeres han votado por una mujer o votarían por una mujer, que es muy importante pero no siempre votan por una mujer”.
Explicó, en cuanto a la motivación del voto, que depende mucho del tipo de mujer. “Por ejemplo, las mujeres más educadas normalmente votan por agendas feministas, hay mujeres de menor nivel de educación que votan por propuestas más de protección y por los temas de seguridad. Y diría que hay mujeres de clase media urbana que votan mucho por el tema económico, y por ejemplo por los temas de economía del cuidado y los temas de tranquilidad económica”.
Dijo también que las mujeres tienen una dinámica regional muy distinta. “Mientras que el voto en Bogotá es cada vez más de opinión, más de centroizquierda, el voto en una ciudad como Barranquilla, que antes era muy liberal, ahora es cada vez más de derecha y conservador, incluidas las mujeres”.
Lucha por los derechos
La Constitución de 1832 estableció que para ejercer el derecho al voto se requería ser hombre, mayor de 21 años, casado y poseer bienes de fortuna.
No obstante, la activa participación de la mujer en la vida nacional y la lucha por sus derechos en la primera mitad del siglo pasado fueron determinantes para que finalmente se aprobara que pudiera votar.
“El derecho al voto de la mujer en Colombia fue aprobado el 25 de agosto de 1954 a través del Acto Legislativo N.° 3 de la Asamblea Nacional Constituyente bajo la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, lo que se consolidó como un gran triunfo para el género femenino, aunque ese momento no fue escenario de elecciones”, señaló la Registraduría.
Añadió que en el plebiscito del 1 de diciembre de 1957, que proponía una reforma constitucional de 14 artículos para la paz en Colombia, por vía institucional, se depositaron un total de 4.397.090 votos correspondientes a 1.835.255 mujeres y a 2.561.835 hombres. Fue la primera ocasión en que las mujeres pudieron ejercer el derecho del voto en Colombia.