Fue radicado en el Congreso un proyecto del representante por Santander, Oscar Villamizar, del Centro Democrático, el cual modifica el Código Nacional de Policía y Convivencia para reforzar la seguridad ciudadana, adecuando un grupo de policías íntegramente capacitados, vestidos de civil, ubicados en lugares estratégicos de la ciudad, efectuando apoyo a los uniformados.
Con esta iniciativa “se quiere evitar los repetidos ‘raponazos’ en la calle a plena luz del día, el ‘cosquilleo’ aprovechando las aglomeraciones y la proliferación de temibles bandas que asaltan ciudadanos indefensos con armas blancas o armas de fuego, ocasionando lesiones personales y hasta la muerte. Además se busca reducir los índices de fleteos, narcomenudeo, homicidios y hurtos a personas, establecimientos comerciales y viviendas”, puntualizó el congresista Villamizar.
Sin embargo, para el politólogo y experto en seguridad Jairo Libreros, “ese tipo de actividades se pueden realizar sin necesidad de una ley. Es más, actualmente en Colombia se adelanta ese tipo de situaciones y son policías de civil. Pero los policías de civil funcionan bien desde la perspectiva de un trabajo estructural, un trabajo que no tenga connotaciones de actividades de inteligencia y que esté focalizado y con una fuerte vigilancia de los fiscales”.
Añadió que cuando se pone una nueva función a la policía, “creo que hay un error craso de diseño y de concepto de seguridad porque la policía que más funciones tiene en América Latina es precisamente la colombiana. En América Latina el número de funciones que cumplen los servicios de policía son cuatro. En Colombia con esta serían 15 funciones las que tendría la policía, y creo que es un error porque además de eso va en contra del principio de autoridad, y el primer punto del principio de autoridad gira en torno del reconocimiento de la policía como autoridad. Cuando se tiene una función en donde la policía trabaja no como inteligencia sino como policías de civil, termina por afectar el principio de oportunidad”.
Por su lado el general (r) Héctor Darío Castro, ex subdirector de la Policía Nacional, conceptuó sobre la iniciativa que “no hay necesidad porque el policía puede actuar tanto de civil como uniformado. Y a propósito esa es una estrategia que está vigente en la policía, de tener por lo menos gente de civil en los buses para evitar los asaltos, de tener gente de civil en las calles”.