Bogotá: arranca, ahora sí, la campaña | El Nuevo Siglo
Twitter Claudia López
Domingo, 11 de Agosto de 2019
Redacción Política
La competencia por la sucesión en el Palacio Liévano entra, por fin, en su fase definitiva, más en una ciudad que tiende a decidirse muy cerca a las urnas ¿A qué apuesta cada candidato? ¿Qué pasará con el voto de opinión? ¿Se volverán a descachar las encuestas? ¿Qué tendencias se ven? ¿Sin el Metro de protagonista, qué otros asuntos serán determinantes? Informe
___________________________

La campaña por la Alcaldía de Bogotá empezó en forma. Y no porque la baraja de aspirantes se redujo final y definitivamente a cuatro. Tampoco porque se hayan avanzado las adhesiones y respaldos políticos y partidistas que generaban mayor expectativa. Menos porque ya se pueda hacer proselitismo abierto en todos los rincones de la ciudad, con los respectivos aspirantes al Concejo y las campañas publicitarias al aire. Es más, ni siquiera porque el pasado viernes se produjo el respectivo sorteo de los números que cada uno tendrá en el tarjetón… La contienda entra, ahora sí, en la recta final simple y llanamente porque la ciudadanía capitalina comenzó a interesarse, por fin, en quién debe ser el sucesor de Enrique Peñalosa en el Palacio Liévano.

Los conocedores de la política en la capital del país coinciden en que el electorado no está acostumbrado a campañas de largo aliento y que, por el contrario, lo que se ha evidenciado es que solo cuando empiezan a faltar alrededor de dos meses para la cita en las urnas el grueso de los votantes comienza a ponerle atención a la contienda proselitista. Incluso hay muchos que solo definen su voto a menos de dos o tres semanas de la elección.

Ello explicaría por qué en la mayoría de las encuestas sobre preferencias electorales en la capital del país el porcentaje de voto indeciso todavía es muy alto, siendo claro que si una parte del mismo tomara partido de un momento a otro a favor de tal o cual candidato, el escenario político variaría sustancialmente.

Asimismo, no deja de llamar la atención que las distancias en los sondeos entre los candidatos más definidos se habían mantenido medianamente estables en los últimos meses, pero en las tres semanas recientes los guarismos se han movido con más intensidad e incluso marcando ya ciertas tendencias de fortalecimiento o debilitamiento de opciones.

Igualmente para nadie es un secreto que el voto de opinión en Bogotá es muy fuerte y determinante, muy por encima de las sumatorias partidistas y de potenciales electorales que se realizan en otras capitales en donde el peso de las maquinarias es superlativo.

Es más, si algo quedó demostrado tanto en las encuestas que se hicieron en la antesala del plebiscito por la paz, votado en octubre de 2016, como en los comicios parlamentarios y presidenciales del año pasado, es que los sondeos no tienen el mayor grado de certeza a la hora de medir el clima político en la capital del país. Hay unas franjas poblacionales silenciosas que muy cerca de las urnas se despiertan y generan sorpresas políticas, incluso en contravía de las tendencias nacionales imperantes.

Factor Peñalosa

Un último elemento, no por ello menos importante, es que contrario a lo que algunos analistas y no pocos de sus críticos auguraban, la imagen y favorabilidad del alcalde Peñalosa en las encuestas ha ido mejorando.

Si bien todavía se mantiene en números rojos, es claro que la opinión pública empieza a valorar de mejor manera una gestión que cada vez tiene más que mostrar y ha aumentado su exposición mediática y pública.

peñalosa

Pese a que algunos expertos llegaron a advertir en su momento sobre los riesgos de la estrategia propagandística de promocionarse como “impopulares pero eficientes”, con el pasar de las semanas es evidente que buena parte de la ciudadanía, así no le caiga bien la personalidad del Mandatario o sus programas, no niega que su gobierno avanzó en muchos frentes, dejando una ciudad muy distinta a la caótica y desestabilizada con que la izquierda cerró en 2015 12 años de mandato.

El ajedrez

Lo que hoy está claro es que la exsenadora y exfórmula vicepresidencial Claudia López es la puntera en la campaña y hasta ahora ninguno de sus rivales se le ha acercado al punto de quedar dentro del margen de error de las encuestas.

En esas toldas la apuesta principal para mantener la ventaja es que el voto de opinión siga jugando a su favor, confiados en que se repita la ola verde con que Fajardo ganó en Bogotá en la primera vuelta presidencial y el apoyo que llevó a Mockus a ser el segundo más votado para el Senado.

Paradójicamente, aunque son conscientes de que la existencia de dos candidatos de centro-derecha juega a favor de López, no creen que ambos lleguen a la última semana de octubre, pues auguran que uno dará un paso al costado en favor del otro.

De igual manera, no pocos analistas advierten que ese primer lugar ha estado influenciado por el hecho de que se trata de una dirigente que ha estado en la primera plana política en los últimos años, no solo como Senadora hasta 2018 y luego en medio de la intensa campaña presidencial, sino después como impulsora de la consulta popular anticorrupción y a los pocos meses de votada esta, ya compitiendo por la Alcaldía de Bogotá.

Por lo pronto, hay que decir que, según sus rivales, López parece que ya tocó techo en la mayoría de los sondeos e incluso ha experimentado una tendencia, lenta pero sostenida, a la baja en varias de las encuestas recientes. En las toldas verdes preveían este fenómeno una vez se clarificara el panorama en la centro-derecha, pero consideran que tienen suficiente ventaja y voto de opinión para ganar en octubre.

De otro lado, resulta evidente que el exsenador Carlos Fernando Galán se consolida en el segundo lugar de la contienda y si bien aún no logra igualar los guarismos de López -que continúa siendo el principal rival a vencer-, su estilo de campaña, el discurso político que enarbola y un trabajo intenso en el día a día, le han permitido recortar distancia de forma sostenida.

En su campaña confían en que una vez la ciudadanía empiece a interesarse de forma directa en la contienda y haga eco más a las propuestas que a la imagen y el pasado inmediato de los candidatos, las opciones del exsenador irán en aumento, como lo evidenciarían los sondeos más recientes.

También están seguros de que el voto de opinión de la centro-derecha, el galanismo de vieja data, los sectores partidistas y poblacionales que no quieren repetir los críticos gobiernos de izquierda (recibió el apoyo de la excandidata uribista Ángela Garzón) y la franja de los independientes y sin partido, poco a poco irán tomando partido por el perfil de Galán.

Confían, igualmente, en que la ciudadanía ponderará a quien ya fue Concejal, candidato a la Alcaldía en 2011 (sumando 285.000 votos) y Senador bogotano, frente a la que catalogan como inexperiencia de su rival de espectro político, el exsecretario de gobierno distrital Miguel Uribe Turbay.

También aspiran en esa campaña a competir por la bandera anticorrupción, de la que López se ha querido adueñar.

En cuanto a las toldas de la campaña de Uribe Turbay, allí el optimismo es creciente e incluso se piensa que con López bajando lentamente y Galán llegando a su techo, el aspirante que más posibilidades tiene de escalar en la contienda es el exsecretario de gobierno de la Administración Peñalosa.

Si bien sus rivales suelen atacar a Uribe Turbay asegurando que tiene el apoyo de las principales maquinarias partidistas de la capital del país, empezando por la liberal pero sobre todo la uribista, lo cierto es que sería ingenuo negar que este candidato tiene allí un plante de votos probado con el que sus competidores anhelarían contar.

También confían en esta campaña en que la mejoría de imagen de Peñalosa en las últimas semanas termine favoreciendo directa o indirectamente a su exsecretario de Gobierno y quien defiende de forma más abierta la necesidad de continuar con el rumbo de ciudad. Ya hay varias fichas peñalosistas en esta campaña y se confía en que una vez los expresidentes Uribe y Gaviria empiecen a salir a plaza pública con el candidato, sus opciones aumentarán sustancialmente.

Incluso, dentro de los análisis internos que allí se hacen sobre la tendencia en las encuestas, se afirma que Uribe Turbay es el de mejor progreso y estaría a pocas semanas de pasar a Galán y dar cacería a López.

También se confía aquí en que el voto de opinión se incline por un candidato joven pero con experiencia en el Distrito, en contraste con un rival que proviene de una casta política de vieja data como el galanismo y otra cuyo estilo beligerante asusta a muchos sectores que no quieren volver a los tiempos críticos e inestables del alcalde Gustavo Petro, que controvertía más de lo que gobernaba.

Y, por último, está la campaña de Hollman Morris, la ficha del petrismo en la capital del país. Aunque la mayoría de los analistas consideran que las opciones del saliente concejal no son muchas (es cuarto en todas las encuestas), en las toldas de su campaña consideran que la fuerza política del hoy Senador, excandidato presidencial y exalcalde, sigue vigente, sobre todo entre las llamadas “mayorías silenciosas” que se harían sentir en las urnas más que en la contienda proselitista del día a día.

En cuanto a los cuestionamientos que existen en torno a la viabilidad de esta candidatura debido a sus públicamente conocidos pleitos intrafamiliares -lo que ya generó más de una sensible deserción de dirigentes de primer nivel-, se considera que ese asunto irá perdiendo fuelle a medida que pasen las semanas y los candidatos se midan más por sus propuestas que por los perfiles y antecedentes, sean estos buenos o malos.

Otra de la tesis que los estrategas de esta campaña manejan tiene que ver con el perfil del voto de opinión, del que tanto se habla en la capital del país. Recuerdan que cuando la izquierda ganó en Bogotá se dijo que había triunfado el voto de opinión en contra de la tendencia de centro-derecha prevalente con el uribismo a nivel nacional. En ese orden de ideas, para el petrismo el voto de opinión es, por esencia, de izquierda y no verde ni peñalosista, y menos aún uribista.

También esperan que una vez Petro empiece a empujar la campaña barrio por barrio, Morris comenzará a remontar y, al final, será la gran sorpresa en las urnas.

Lo que viene…

Visto ese escenario es claro que la campaña por la Alcaldía de Bogotá apenas está entrando en su fase más definitiva.

En estos primeros debates entre los aspirantes, lo que se ha visto es más el afán por diferenciarse y evidenciar las falencias de los rivales, que el pulso programático como tal.

El Metro, que meses atrás se creía sería el tema central, ya no lo es, en la medida en que -salvo Morris- hay consenso entre Galán, López y Uribe en respetar el contrato para una primera línea elevada que dejará firmado Peñalosa.

Así las cosas, los asuntos que al final marcarán la campaña serán los de seguridad urbana, movilidad vial, salud, el impacto de la ola migratoria venezolana, la ampliación o no de la reserva Van der Hammen, el Transmilenio por la Séptima, los peajes a la entrada de la ciudad… Ni siquiera el discurso anticorrupción tiene gran eco, debido a que la Administración Peñalosa no resultó salpicada por este flagelo.

Es más, al final de cuentas puede que la contienda se defina más por el perfil y capacidad o no que las mayorías le reconozcan a cada candidato para manejar la ciudad y sus complejidades, más que por sus propuestas e ideas puntuales sobre tal o cual problemática. Por ahora, hay que esperar a que la competencia avance y el panorama se vaya aclarando a medida que se acerque la cita en las urnas.