La congresista Esperanza Pinzón radicó un proyecto de ley que busca ampliar la licencia de paternidad y brindar mecanismos de protección al cónyuge o compañero permanente de la mujer embarazada y lactante, que no se encuentre trabajando. Esto con el fin de establecer medidas de protección y bienestar para el recién nacido.
El proyecto modificaría el Código Sustantivo del Trabajo al establecer una licencia de paternidad de 15 días hábiles para partos únicos, y de 30 días hábiles para los padres que tengan hijos prematuros o que tengan más de un hijo.
También cambiará el artículo 239 de este Código, al aplicar la prohibición de despido para el cónyuge o compañero permanente de la mujer embarazada o lactante que sea su beneficiaria en el Sistema General de Seguridad Social en Salud y que no se encuentre laborando.
Esta propuesta está amparada en la sentencia C-005/17 de la Corte Constitucional, en donde se estableció que se debía extender a los hombres el derecho a la estabilidad laboral reforzada durante el tiempo del embarazo o lactancia de sus hijos, esto siempre y cuando las esposas o compañeras dependan económicamente de él y ante lo que señaló que existe un vacío normativo en esta materia.
Para al Corte la estabilidad laboral reforzada no solamente protege el trabajo de la mujer embarazada, sino también el interés superior del niño o niña por nacer y en sus primeros meses de vida. Aspecto que comparte la congresista Pinzón, autora de esta iniciativa, “este proyecto busca garantizar el bienestar de los niños, primero porque busca que se involucre al padre de una manera más activa en la crianza de sus hijos y segundo porque protege su trabajo, claro está que este último beneficio no aplica para la persona que tenga procesos por alimentos, por incumplimiento de su deber para con la mujer embarazada o lactante”.
Con respecto a este tema la Recomendación 165 de la Organización Internacional del Trabajo señala que “El derecho a la licencia parental suele considerarse como un medio importante de conciliar la vida profesional y familiar. Por supuesto, los niños son los primeros beneficiarios, pero también lo son los trabajadores, los empleadores y la sociedad en su conjunto”.