Al desnudo coaliciones de partidos para los comicios | El Nuevo Siglo
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Domingo, 30 de Enero de 2022
Redacción Web

Por primera vez en la historia de las elecciones presidenciales este año se presentarán tres coaliciones que agrupan a la mayoría de partidos y aspirantes, y que escogerán sus candidatos en las consultas de marzo próximo. El mecanismo se entroniza hoy en la política colombiana, debido a que cada vez es más difícil obtener el triunfo solo; sin embargo, muchos se preguntan si son un avance o por el contrario terminan debilitando a los partidos y difuminando las responsabilidades frente al electorado en caso de que lleguen a ser gobierno.

Las coaliciones que ya anunciaron ante el Consejo Electoral que participarán en las consultas interpartidistas del 13 de marzo venidero son Equipo por Colombia (derecha), Centro Esperanza (centro) y Pacto Histórico (izquierda)

EL NUEVO SIGLO consultó la opinión de conocedores acerca de cómo ven el comportamiento de las coaliciones para las próximas elecciones.

El politólogo Rodrigo Pombo Cajiao indicó sobre las coaliciones: “No creo que estén cumpliendo con la finalidad del legislador”.

Explicó que en la Constitución del 91 se acogió lo que los entendidos llaman la política de la inclusión, respondiendo entre otras a la justificación de los grupos armados de que tomaron ese camino porque supuestamente los excluyeron de la participación política.

Entonces se amplió esa participación “a través de dos figuras: los partidos políticos y los movimientos significativos de ciudadanos. Y me parece que eso fracasó, a tal punto que en menos de 15 años se empezaron a hacer unas reformas constitucionales de tipo político, sobre todo la del 2003, que nos devolvieron a reunir a los partidos para que no fueran más de 70 sino que la democracia se encauzara a través de partidos más coherentes, unificados y sobre todo ideológicamente identificados”.

Agregó que esa identidad ideológica que se trató de recuperar con la Reforma Política del 2003, “se volvió a dañar ahora por cuenta de las coaliciones porque están los más  disímiles candidatos, excepción  hecha del Pacto Histórico y un poquito del Equipo Colombia. Pero la izquierda de los socialdemócratas de la Esperanza, esto sí es un sancocho”.

Añadió Pombo que en las coaliciones no ve “identidad de una cosmogonía, de una cosmovisión de país, no hay identidad programática, no hay identidad de valores sino simplemente coyunturas electorales. Entonces que no llegue Petro y que no llegue Uribe, y sobre esa identidad no se puede construir nada”.

En esas circunstancias, reiteró, se “está tergiversando totalmente la idea de las coaliciones, de los movimientos significativos de ciudadanos de permitir que la gente pueda hacer política por fuera de los partidos tradicionales, sino que se está pervirtiendo una figura de participación directa en la democracia”.

Observando lo que sería un futuro mejor de las coaliciones, Pombo dijo que  hay que cambiar la narrativa según la cual la exclusión política es causa del conflicto, “porque es históricamente mentiroso”; que se crea nuevamente en los partidos políticos como canales para encauzar los intereses de la sociedad.

Agregó que “hay que fortalecer las exigencias electorales, subir los umbrales, exigir coherencia ideológica, aumentar las sanciones y las responsabilidades para todos aquellos que se salgan a ejercer fuera de los partidos. Es decir, lo que la ideología no ha podido unir lo tiene que unir la ley”.



Hay un vacío

Yann Basset, docente de ciencia política de la Universidad del Rosario, destacó que las coaliciones a nivel de corporaciones públicas han servido para que los partidos minoritarios no desaparezcan de la escena política.

“Creo que sí responde exactamente al espíritu del legislador en el momento que se adoptó esta figura en la Reforma de Equilibrio de Poderes, porque el espíritu fue permitir la permanencia de los pequeños partidos y evitar su pérdida de personería jurídica. Y fue una medida que iba un poco en contra de la tendencia que existía desde la Reforma Política de 2003, que era tratar de agrupar las fuerzas políticas en partidos grandes”.

En lo que tiene que ver con las coaliciones a la Presidencia, el académico dijo que estas hoy “responden a un estado de hecho, no tanto a una reforma de reglas, y el hecho básicamente que estamos en una coyuntura un poco particular que crea una especie de vacío”.

Sobre esto último, Basset explicó que desde el principio de este siglo el uribismo era hegemónico y en las elecciones la gente se mostraba a favor o en contra. “Ahora el uribismo está relegado después del gobierno Duque,  ya no es una fuerza estructurante,  no significa que desaparece, pero es una fuerza política entre muchas otras”. 

Considera que de esta forma se genera un vacío, y “es por eso que tenemos muchísimos precandidatos en esta primera fase de la elección y que hay tantas divisiones, que es tan difícil que se estructure la oferta política a través de esas coaliciones”.

Añadió el politólogo que no es un tema de ideología “porque en lo ideológico no hay enormes diferencias que vea en la coalición Centro Esperanza, por ejemplo, que es la que tiene mayores complicaciones. Más bien es una cuestión de estrategia sobre cómo llegar a la Presidencia, es un poco el corazón de lo que opone, por ejemplo, Íngrid Betancourt a Alejandro Gaviria”.



Se dificulta integrarse

Ángel Beccassino, experto en marketing político, considera que  “hay afinidades en cada una de esas coaliciones, no que hay afinidades en los que participan de cada coalición”.

Agregó que al mismo tiempo “pienso que hay una cantidad de egos y de deseos de poder que les impide encontrar una síntesis para ser competitivos. Entonces eso hace que sean coaliciones en las que en realidad aunque piensen que se están fortaleciendo, hay un componente de que se están debilitando cada uno de los candidatos. Salvo en casos como, por ejemplo, el Pacto, que es clarísimo el juego que está haciendo Petro y compañía”.

Subrayó que son coaliciones donde se juntan egos, deseos de poder, sectores que cada uno quiere adueñarse de ese espacio, “y entonces no hay síntesis, quiero decir, no se integran en una sola cosa como debería ser la lógica de una coalición para ser competitiva”.

Añadió Beccassino que “ideológicamente hay dos sectores claros, que son el de la izquierda y el de derecha. Ambos tratan de mostrarse más de centro que de extremo. Luego hay otra coalición que pretende adueñarse de la idea del centro, y ahí no hay una definición clara de ideología, que es esta la de Centro Esperanza”.

Rememoró que en 2018 hubo “dos coaliciones que fueron claras y esas potenciaron la candidatura de Duque, por un costado, y de Petro, por el otro costado. En este momento hay un montón de coaliciones, la sinergia que funcionaría entre el voto para Congreso y el voto por esas coaliciones no va a ser tan clara. En las encuestas que van dándose  señalan que hay algunas de esas opciones que se van desinflando, otras se fortalecen más o menos en línea con lo de los candidatos presidenciales”.

La justificación de todo

El politólogo y académico de la Universidad Nacional, Alejo Vargas Velásquez, dijo que “la creación de las coaliciones y demás era una opción que se le planteaba a los candidatos y partidos para lograr construir acuerdos y garantizar de esta manera, no solo buenos resultados sino también que hubiera un atractivo para los votantes”.

Empero dijo que lo que se ha visto en la práctica es que las coaliciones se han convertido “en una especie de burladero, como se decía en las corridas de toros, donde todo el que podía iba y se escondía ahí detrás para, usando esa figura, mantenerse y conseguir un resultado, y tratar de justificar allí una serie de compromisos”.

Agregó Vargas que esas coaliciones se volvieron la justificación de todo, “y entonces ya el tema no era que no hubieran partidos ni que hubieran alianzas, ni que hubieran acuerdos entre grupos, sino la coalición per se”.

Mirando el tema del elector frente a las coaliciones, Vargas dijo: “No creo que el votante tenga una buena capacidad de diferenciar esas coaliciones y propuestas, y el votante termina siendo jalonado por unas personas, por unas imágenes, por unos líderes que están al frente de algunas de estas coaliciones, pero evidentemente no hay de ninguna manera, para la mayoría, una posibilidad real de que tengan una buena opción.  Lo que hay allí es una confusión muy grande y terminan votando porque pusieron una figura del deporte o de los medios”.