Sin duda alguna, el Medio Oriente juega un papel fundamental a la hora de determinar los precios del petróleo, debido a su alta participación en la producción mundial (alrededor del 32%). Hoy cuando los precios tanto del WTI como del Brent parecen estabilizarse en 94 dólares y 105 dólares, respectivamente, las determinaciones políticas son cruciales para conocer el rumbo de la cotización del crudo.
Después de conocido el acuerdo entre Estados Unidos e Irán acerca de su programa nuclear, se considera que en el corto plazo el efecto sobre el precio no sería alto. Esto, en la medida que Irán adicionaría sólo cerca de 400 mbpd* durante los próximos 6 meses (tiempo dado por Estados Unidos para el desmonte nuclear), retornando a una producción cercana a los 4 millones de barriles (promedio últimos 5 años 4,2 millones de barriles).
A partir de 2015, Estados Unidos se convertirá en el segundo productor de petróleo a nivel mundial, después de Rusia. La mayor producción de crudos no convencionales llevará a que este país disminuya las importaciones.
La EIA estima que en los próximos 10 a 20 años se consolide esta autosuficiencia en EU, y se deje las importaciones. Esta situación impactará los precios del petróleo en el mediano plazo (a partir del 2015), generando presiones a la baja.
Ahora, la pregunta es: ¿China podrá reemplazar esta menor demanda de Estados Unidos? Actualmente, China tiene el 11,8% de consumo y sería el nuevo destino de exportación. Sin embargo, aún queda la duda si sería el país que absorba esta demanda adicional ya que allí también se tienen prospectos importantes para la explotación.
El precio es la principal variable que impacta los resultados de las compañías, como se puede observar en el cuadro inferior. Tanto el comportamiento de las acciones petroleras como el precio justo de nuestros modelos tienen una alta correlación con el precio del petróleo. Por una caída del 10% en el precio del petróleo, las compañías petroleras disminuirían su precio justo entre 15% y 30%.