Análisis
Aunque la Real Academia de la Lengua Española aún no admite el verbo “tuitear” no por ello se éste deja de conjugarse cada segundo.
El fin de semana pasado la Casa de Nariño destacó que la cuenta en Twitter del presidente Juan Manuel Santos había superado el millón de seguidores, lo que no sólo evidencia la creciente audiencia que esta herramienta virtual tiene en el día a día gubernamental, sino la importancia, cada menos esquivable para cualquier dirigente político o personalidad institucional, de hacer presencia en dicha red social.
Más allá de las polémicas que surgen respecto a si conviene que un alto funcionario público utilice el Twitter para comunicar asuntos propios de su gestión, lo cierto es que este fenómeno ya es una realidad y difícilmente podría reversarse.
Es más, si bien semanas atrás surgieron versiones en torno a que vía directiva de la Casa de Nariño o de la Procuraduría o incluso mediante un proyecto de ley se buscaría restringir a los funcionarios el uso de esta herramienta virtual para hacer cualquier tipo de pronunciamiento oficial, nada de ello se ha concretado. Incluso hay quienes alegan que al amparo de los mandatos constitucionales o legales prohibir a algún servidor público que haga uso de las redes sociales para asuntos propios de su trabajo o manual de funciones, rayaría en la violación de derechos fundamentales.
Ni siquiera han calado las advertencias de connotados juristas en torno al riesgo de demandas a la Nación que tiene el carácter de “pronunciamiento oficial” que le da la ciudadanía a un trino de cualquier funcionario, pese a estar comprimido en un texto no mayor a 140 caracteres, extensión que es a todas luces muy corta para cumplir con los mandatos de claridad y precisión que debe tener mensaje proveniente de un vocero del Estado sea cual sea su nivel.
Tampoco se da mayor importancia a los conceptos de algunos sicólogos y sociólogos que consideran que el Twitter es una especie de “pistola cargada” que cada quien dispara en caliente, con perfil subjetivo y muchas veces guiado por la emocionalidad y el sentimiento reactivo a flor de piel, y no por la razón, el equilibrio y la objetividad. El problema aquí es cuando dicha reacción en caliente proviene de un ciudadano cualquiera, y cuando el emisor es un funcionario público o una personalidad cuyos mensajes pueden impactar altamente en la sociedad.
Cuestión de ópticas
Lo cierto es que el Twitter es ya una herramienta de comunicación política. Es más, dentro de los propios manuales de comunicación institucional a nivel de entidades nacionales, departamentos y municipales se recomienda a los respectivos administradores hacer un uso eficiente y práctico de estas redes sociales para darle más visibilidad a su gestión, facilitar los flujos de información interna y externa así como lograr un contacto más directo, ágil y efectivo con el ciudadano que demanda algún tipo de transacción con el Estado.
Hasta los expertos en manejo de imagen de entidades y personalidades consideran que el Twitter es la mejor herramienta de flujo de información entre éstas y su público objetivo, pues no sólo fluye en tiempo real y gratuito sino que se salta cualquier riesgo de interpretación, criterio, sesgo o intermediación de los medios de comunicación u otros canales institucionales como las oficinas de prensa, la expedición de comunicados o la publicación de otras normativas y decisiones.
Por ejemplo, hablar de centenares de miles de seguidores en Twitter fácilmente significa que el emisor tiene una lecturabilidad equivalente o superior a los diarios de mayor circulación y de la audiencia de programas televisivos o radiales de primer orden.
Peros
Claro, es necesario precisar que el hecho de que una personalidad, en este caso política, tenga muchos seguidores en las redes sociales no necesariamente implica que eso se traduzca en respaldo o aprobación.
No es sino revisar las cuentas de algunos de los líderes del ‘top político tuitero’ en Colombia para evidenciar que muchas de las respuestas a los trinos contienen réplicas, descalificaciones e insultos. Es más, allí el Twitter se confirma como una herramienta de doble vía, que le permite a un personaje llegar directamente a una audiencia, pero también da a cada contradictor una ruta directa e inmediata para manifestarle su inconformismo.
Además, si algo dejó en claro el auge virtual de la llamada “ola verde” en la pasada campaña presidencial, es que traducir en apoyos reales o cuantificables la mayor o menor audiencia en las redes sociales de internet, es un albur impredecible.
Aunque hay quienes consideran que a partir del uso masivo de las redes sociales virtuales en el manejo de lo público, se creó una especie de “política pop”, lo cierto es que las redes sociales son un medio de comunicación real y por allí fluye todo tipo de información, razón por la cual al final será el “seguidor”, con su criterio, el que determina de quién le interesa recibir datos y de quién no.
En ese orden de ideas, para una personalidad política, social, económica o institucional o un funcionario con responsabilidades estatales, el Twitter, como toda herramienta, puede convertirse en una ventaja provechosa o un complique muy grave. Todo depende del uso que se le dé, como todo en esta vida…
Políticos tuiteros
Ranking por número de seguidores
Álvaro Uribe (@AlvaroUribeVel) 1.271.956
Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 1.012.252
Gustavo Petro (@petrogustavo) 256.194
Piedad Córdoba (@piedadcordoba) 241.187
Antanas Mockus (@AntanasMockus) 217.802
Germán Vargas (@German_Vargas) 168.160
Angelino Garzón (@Angelino_Garzon) 53.043
Jorge Robledo (@JERobledo) 35.821
Luis Eduardo Garzón (@luchogarzon) 29.254
Simón Gaviria (@SimonGaviria) 28.752
Juan Manuel Corzo (@JuanManuelCorzo) 5.577
Los colombianos más seguidos
Ranking por número de seguidores
Shakira (@shakira) 16.400.935
Juanes (@juanes) 5.266.833
Top presidencial
Ranking por número de seguidores
Barack Obama (@BarackObama –cuenta de campaña) 16.303.456
Hugo Chávez (@chavezcandanga) 3.053.038
Cristina Fernández (@CFKArgentina) 1.090.307
Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 1.012.252
Rafael Correa (@MashiRafael) 370.551