El gobierno peruano pasó a retiro a 790 oficiales de la policía, la mayoría de alto rango, en medio de una reclamada modernización de la institución para luchar contra la creciente delincuencia en el país.

"Esto se da en el marco del proceso de modernización y fortalecimiento institucional emprendida por el gobierno, el mismo que requiere el establecimiento de un nuevo modelo de desarrollo organizacional y de gestión estratégica operativa y administrativa", dijo el ministerio del Interior en un comunicado.

Se trata de 180 coroneles, 307 comandantes, 255 mayores y 48 capitanes, casi todos de armas y un pequeño porcentaje administrativo.

El anuncio fue hecho por el ministro del Interior, Carlos Basombrío, y el director general de la Policía, Vicente Romero, para "revalorizar la función policial, en base a criterios de calidad, integralidad y excelencia, para garantizar el cumplimiento de los objetivos institucionales al servicio de la sociedad", dice la nota del ministerio.

Según algunos especialistas, en la Policía peruana existe una especie de pirámide horizontal, con más oficiales que personal subalterno que patrulle las calles.

En septiembre ya había pasado a retiro de forma extraordinaria a 39 generales -sobre un total de 86- decisión con la que marcaron el inicio del proceso de "modernización y refundación" de la Policía Nacional, según dijo en aquella ocasión el ministro Basombrío.

Una creciente ola de delincuencia se cierne sobre Perú, con asaltos en pequeños negocios, restaurantes y violentos robos a mano armada. Pedro Pablo Kuczynski, quien asumió la presidencia de Perú a fines de julio, aseguró que se tomarían medidas, que empezarían por reformar a la Policía y ajustar leyes.