Como una preocupante situación catalogó la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar) el recibo y entrega de contenedores en los procesos de importación y exportación de mercancías en los denominados patios de contenedores.
Para el presidente de la Federación, Jaime Sorzano, dicha interacción y relación con los patios de contenedores “es un verdadero galimatías, cuyos onerosos costos los paga el bolsillo del transportador, y como nadie de los integrantes de la cadena vive y padece esta circunstancia, la indolencia es total y todos tan contentos”.
Y es que mover un contenedor desde el centro del país hacia los puertos cuesta cerca de dos mil dólares, según algunas cifras entregadas por los gremios participantes en la cadena logística, pero “el problema surge porque unas cajas vacías no son del interés de nadie y, nadie excepto del transportador que dedica el más mínimo interés e inversión de recursos para el manejo de estas cajas”, aseguró Colfecar a través de un documento.
En el proceso de importación de mercancías, la interacción con el patio de contenedores es el último paso, ya que la mercancía es cargada en el puerto marítimo, transportada a la ciudad de destino, descargada en las instalaciones del destinatario y, una vez vacío el contenedor deberá ser entregado por el transportador en el patio de contenedores definido por la línea naviera como dueña que es del contenedor, tal como lo confirmó la Federación.
Exportaciones
En el caso de la exportación de mercancías “la interacción del transportador con el patio de contenedores es el primer paso del proceso, y en este caso el transportador debe recoger en el patio de contenedores un contenedor vacío, trasladarlo a las instalaciones del remitente de la mercancía para su llenado, transportarlo al puerto marítimo de destino y, entregar la carga para su exportación por parte del puerto”.
En algunas ciudades “proliferan los patiecitos de contenedores, carentes de todo recurso logístico, pero si los contenedores cargados reciben atención de primera en los puertos marítimos, los vacíos reciben atención de cuarta o quinta en el interior del país”.
Al entregar testimonios de empresarios afiliados en Medellín, Colfecar enfatizó en que “un carro descarga hoy la mercancía y queda con el contenedor vacío, nunca, esa es la palabra, nunca hay citas para bajar ese contenedor vacío el mismo día”.
Es decir que un contenedor que descarga obtiene cita para descargue en el patio marítimo 48 horas después, “sin embargo asumen retrasos en la información de la naviera, cuyo aval es fundamental para que el patio reciba el contenedor y sin dicha información la página del patio cierra la ventana y deben esperarse 24 horas más para el descargue”.
Para la Federación es inadmisible que no se cumple con las citas, ya que como mínimo se dan con dos horas de retraso, y “si se asignan para las 10 a.m. no se saldrá avante antes de la 1 p.m.”.
Aseguró que existe el recurso de las citas extras para no someterse a esas 48 o 72 horas, pero debe comprarse a razón de 60 mil pesos la cita extra, “con lo cual si la obtengo hoy me la dan para mañana”.
A pesar de ello, el procedimiento tanto para montar contenedores como para bajarlos vacíos presenta una situación similar, pues “si poseo una cita dentro de dos días para bajar un contenedor vacío, no me cargan es esa misma cita, otro contenedor para exportación y se me obliga a tramitar otra cita, con el mismo absurdo procedimiento”.