La eficiencia del nuevo esquema de regalías que, so pretexto de la equidad, reparte los recursos de manera diferente, “repartiendo la mermelada”, como lo aseguró en su momento el entonces ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, de acuerdo a varios de los alcaldes ha tenido una aplicación que se les hace compleja.
Sobre el particular, el senador caucano Aurelio Iragorri, copresidente del Partido Social de Unidad Nacional (La U), consideró que "a los alcaldes hay que ayudarles, hay que orientarlos, hay que darles líneas porque el tema de orden reglamentario es complejo, es difuso. Es un tema que requiere aterrizar y llegar al máximo detalle para que ellos puedan darle buen uso a los recursos".
Con todo, Iragorri defendió el esquema de regalías porque, indicó, "hace justicia con aquellas regiones que estaban recogiendo las limosnas. Ahora todos los departamentos tienen el beneficio de las mismas".
Sin embargo, para la representante por Bogotá, Ángela Robledo, del Partido Verde, el tema de las regalías tiene un gran problema: “Que las grandes empresas transnacionales no entregan las regalías. Ese es como una especie de impuesto al daño que causan”.
Para la congresista, ahí es donde existe “como un punto ciego que no se ha podido resolver y que tiene que ver con gestión de Gobierno y con empoderamiento en las regiones para la inauguración de los proyectos”.
Pero como si eso fuera poco, expresó Robledo, cuando empiezan a circular los recursos, resulta que el otorgamiento de las regalías depende mucho de los trámites burocráticos: “Esto termina impidiendo que los recursos lleguen a las regiones beneficiadas y hace que esto se vuelva una cuestión de tramitología”.