Con reiterativos ataques del gobierno a la “oligarquía” y la oposición por un presunto intento desestabilizador y la insistencia de los antichavistas para que el presidente Hugo Chávez de una “prueba de supervivencia” para así tranquilizar al país se cumplieron ayer sendos actos para conmemorar el restablecimiento de la democracia en Venezuela hace 55 años.
Decenas de miles de chavistas marcharon por las calles de Caracas mientras que un par de miles de opositores se congregaron en un polideportivo para evitar incidentes, en momentos en que aumentan las tensiones por la ausencia del reelecto Chávez, hospitalizado en Cuba desde hace mes y medio y hasta a donde se desplazaron anoche, nuevamente, el vicepresidente y encargado del gobierno, Nicolás Maduro y el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez.
Desde un polideportivo de Caracas, donde fue convocada por la opositora Mesa de Unidad Democrática, su líder Henrique Capriles exigió nuevamente al presidente Hugo Chávez que se comunique desde Cuba y "tranquilice" al país sobre su estado de salud, al tiempo que acusó al Gobierno de promover "la violencia" partidaria.
"El gobierno ha dicho que el presidente camina, que el presidente hace chistes, ¿por qué no se comunica con el país y le da tranquilidad a sus seguidores y a los venezolanos?", inquirió Capriles, en alusión a unos comentarios del canciller Elías Jaua, que el lunes aseguró haber "compartido bromas" con Chávez durante una visita a La Habana.
Desde que partió el 10 de diciembre pasado a Cuba para operarse por cuarta vez contra un cáncer, el presidente no ha aparecido en público, aunque el gobierno asegura que se halla en proceso de recuperación y está consciente, ejerciendo sus funciones de mando del país.
Capriles acusó al Ejecutivo de "mentir y jugar con la esperanza" de los ciudadanos, afirmando a la vez que la oposición quiere que Chávez "regrese a ejercer el mandato que el pueblo le ha dado" al reelegirlo en las elecciones del 7 de octubre pasado.
El líder opositor y reelecto gobernador del estado Miranda agregó que “el gobierno quería hoy una confrontación entre venezolanos, nosotros no tenemos nada que sacar de la confrontación".
La MUD había previsto una gran marcha en Caracas pero cambió de planes para evitar "confrontaciones" con los partidarios de Chávez, luego de que el oficialismo convocara a su propia manifestación.
Capriles negó que haber iniciado campaña para unas eventuales elecciones presidenciales si Chávez, reelegido para el periodo 2013-2019, no puede reasumir el poder.
La MUD, conformada por varios partidos opositores, confirmó este miércoles que en ese supuesto acudiría a las urnas con un candidato único elegido por consenso.
La inmensa mayoría de los analistas estima que Capriles sería el candidato que se enfrentaría en las urnas al vicepresidente Nicolás Maduro, nombrado por Chávez su heredero político en caso de quedar inhabilitado para gobernar.
“Los Castro, al servicio de Chávez”
Entre tanto los chavistas realizaron lo que bautizaron como la “toma de Caracas”. Los manifestantes se concentraron en tres puntos del centro-oeste de la capital venezolana y marcharon junto con los ministros hasta la barriada 23 de Enero, donde se realizó el acto central con presencia de los principales dirigentes del gobierno, entre ellos el vicepresidente Nicolás Maduro.
Llegados de diferentes barrios de Caracas y de varias ciudades de provincia, decenas de miles de manifestantes colmaron las calles del centro y el oeste de la capital con banderas rojas, crucifijos y fotografías de Chávez y del prócer independentista Simón Bolívar, en una manifestación en la que se multiplicaron las consignas de apoyo a Chávez, en el poder desde 1999.
En su caminata, Maduro elogió el movimiento cívico militar que derrocó en 1958 la dictadura de diez años del general Marcos Pérez Jiménez pero criticó el sistema de democracia bipartidista que le siguió.
"El pueblo tuvo una gran esperanza, pero esa esperanza fue traicionada por un acto de la burguesía con los partidos y el imperialismo estadounidense", dijo .
"El 4 de febrero (de 1992, cuando se produjo una fallida asonada militar contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez) el comandante Chávez insurgió con las banderas de la democracia verdadera (...) Vamos hacia el socialismo, la felicidad verdadera y la democracia verdadera", aseveró el vicepresidente.
Por su parte el ministro venezolano de Ciencia y Tecnología y yerno del presidente Hugo Chávez, Jorge Arreaza, señaló que los líderes cubanos Fidel y Raúl Castro "están al servicio" del mandatario, quien convalece en La Habana enfermo de cáncer, y negó que manden en Venezuela como denuncia la oposición.
"Fidel y Raúl están al servicio de Hugo Chávez allá en Cuba, Fidel y Raúl han puesto a su país, a su equipo médico y a toda Cuba al servicio de la revolución bolivariana y del pueblo venezolano para que protejan y para que logren que el presidente Hugo Chávez se recupere", dijo Arreaza durante una concentración de chavistas en el oeste de Caracas.
"Cuando la oligarquía dice que aquí está mandando Fidel y está mandando Raúl Castro, cuán equivocados están", añadió el responsable en la manifestación, convocada para conmemorar el 55º aniversario del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
La prolongada convalecencia de Chávez en Cuba, adonde la cúpula chavista ha viajado con recurrencia, ha provocado fuertes críticas de la oposición, que acusa al Ejecutivo de gobernar desde la isla bajo la influencia de los Castro, y a La Habana de "injerencia" en los asuntos venezolanos.
"La venezolanidad rechaza la injerencia del gobierno de cualquier país en nuestros asuntos internos. En este momento, destaca por lo inaceptable, la del gobierno cubano", denunció Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, durante un reducido acto en Caracas para conmemorar también la fecha democrática.
Entre tanto, el ministro del Interior Néstor Reverol aseguró que hay planes para atentar contra Maduro y contra Cabello, aunque no dio detalles./EL NUEVO SIGLO – AFP