Los pocos aficionados que asistieron a El Campín para acompañar a Millonarios en su última presentación en el torneo Apertura del fútbol profesional colombiano, se fueron más decepcionados de lo que quedaron tras la eliminación de los cuadrangulares semifinales.
El equipo orientado por el médico venezolano Richard Páez, no solo jugó muy mal, sino que perdió ante Patriotas de Boyacá, elenco que hizo lo que debía pero aún así no le alcanzó para meterse entre los ocho que buscarán el paso a la semifinal.
Los jugadores azules no entendieron que, al menos, por gratitud con la afición que los acompañó, debían correr, esforzarse para alcanzar la victoria y dejar una imagen grata y, por el contrario, parecieron que no les importó en absoluto el partido y se dedicaron a esperar que transcurriera el tiempo para irse sin pena ni gloria de este torneo.
El primer tiempo fue escaso en emociones. Las oportunidades de gol fueron limitadas, se pondrían contar con los dedos de una mano y sobrarían muchos y tal vez el único que mostró algo de ganas fue el uruguayo José Luis Tancredi, que regresó muy activo la nómina titular.
Para la segunda mitad, aunque no fue mucha la mejoría, por parte de los jugadores del equipo local, los del visitante sí intentaron arrimarse al arco defendido por Luis Delgado y fue Marcos Lazaga, quien concretó el gol que le dio la merecida victoria a los dirigidos por Luis Augusto Nano Prince.
Tras el gol, Millonarios trató de reaccionar pero lo hizo de manera desordenada y Patriotas le aportó a defender el exiguo marcador para conservar sus esperanzas, hasta el minuto 90, de clasificar, lo que no ocurrió porque otros resultados jugaron en su contra.
Fue un partido de esos que los aficionados no quieren recordar y que, seguramente, los jugadores sentirán vergüenza al ver la repetición por lo poco profesionales que fueron, por su falta de entrega y la bofetada que dieron a los hinchas que los acompañaron.
Ahora queda esperar a ver qué deciden los directivos de Millonarios en torno a la continuidad del cuerpo técnico o su salida y el nombramiento de un estratega que genere más credibilidad, así como en la recomposición de la nómina.
Entre lo poco sensato que dijo Páez, está que los refuerzos no funcionaron y eso no es un descubrimiento, sino una realidad de apuño que se advirtió desde el momento en que fueron anunciados los nombres que llegaban para engrosar esta nómina.