El plan Nacional de Desarrollo, PND, que aprobó la Cámara de Representantes y ahora pasa a último debate en el Senado de la República, logró superar en 3 días los escollos que pusieron algunos parlamentarios sobre su contenido, que algunos tildan de ser una colcha de retazos y otros lo señalan de ser una fuente de prosperidad. Tal vez ni lo uno ni lo otro, pero en el ambiente general queda la duda de si esta es la verdadera ruta que necesita el país para los próximos 4 años para avanzar en su desarrollo.
Aunque en el debate en la Cámara de Representantes apenas duró 3 días, la discusión del proyecto ha sido de amplia discusión entre diferentes sectores del país, desde el Gobierno hasta los partidos políticos, entidades sociales, gremios de la producción, universidades y organismos privados.
Las negociaciones
Sin embargo, la negociación, la verdadera negociación del PND, se da por fuera del Congreso, con los gremios, los grandes inversionistas nacionales y extranjeros, y las movilizaciones sociales de impacto regional y nacional.
Como sostiene el director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, “el Plan de Desarrollo se ha convertido en una especie de árbol de Navidad con muchas normas que tocan todos los sectores de una manera muy desordenada y poco discutida, es una ley de leyes que cubre fallas que se han venido aprobando a lo largo del tiempo, que se discute de manera muy rápida sin muchos reparos de la sociedad, esta no es una práctica sana”.
Tal vez una de las debilidades de este PND, es que su discusión, que afecta a todos los colombianos en general, no está socializada con el grueso de la población, que se entera de su contenido cuando algunos de los artículos afecta algún rubro de su vida cotidiana como puede ser el incremento de servicios.
Sin embargo, otra cosa piensa el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien destacó el hecho de que el Plan Nacional de Desarrollo haya sido construido desde las regiones, teniendo en cuenta sus necesidades y potencialidades para lograr un mayor crecimiento social y económico con equidad en el escenario de la paz.
De igual manera, el funcionario resaltó que uno de los principales objetivos de este plan es avanzar en estrategias que generen bienestar para todos los colombianos, por eso el proyecto de ley se fundamenta en cinco estrategias: competitividad e infraestructura estratégicas; movilidad social; transformación del campo; seguridad y justicia para la construcción de paz y buen gobierno.
La idea del PND
Pero ¿por qué existe el Plan Nacional de Desarrollo? En Colombia los gobiernos formulan planes de desarrollo desde la presidencia de Alberto Lleras Camargo (1958-1962) quien fue el autor del Plan Decenal 1961-1970. Dotar de coherencia la acción del Gobierno e integrar el conjunto de las políticas estatales dentro de “la planeación del desarrollo” fue propósito central en una época en la cual se reclamaba la centralidad del Estado para dirigir el desarrollo, el bienestar y la integración de poblaciones y territorios a la vida nacional. Ya poco o casi nada queda de la intención de ampliar e integrar el mercado nacional bajo la planeación central y regional.
A su vez, el presidente César Gaviria, entre 1990 y 1994 decidió conducir al país a un crecimiento guiado por el mercado. Con sus políticas, la función del Estado tenía que cambiar de la planeación del desarrollo a la salvaguardia del equilibrio macroeconómico y la lucha contra la inflación.
El activismo estatal se concentró entonces en garantizar la internacionalización de los espacios internos, la privatización de los activos estatales, la desregulación de los mercados, la flexibilidad laboral, y la primacía del capital financiero como conector y guía de los flujos de capital. En este escenario, la institución, el Departamento Nacional de Planeación, y su producto, el Plan Nacional de Desarrollo (PND), son realidades anacrónicas.
La desigualdad
Una muestra de ese anacronismo, como lo destaca el profesor de la Universidad Nacional, Francesco Bogliacino, es que uno de los principales aspectos que no figura dentro del PND es cómo reducir la desigualdad entre la población, o sea la disminución de la pobreza.
“La desigualdad en el ingreso se mide con un indicador agregado como el Gini (que es la referencia para el documento base del PND), aplicado al ingreso neto disponible per cápita de las familias. Este último corresponde a la suma de los ingresos que los miembros de la unidad familiar reciben en el mercado (trabajo o remuneración de capital), ajustada por factores debidos a la intervención redistributiva del Estado y teniendo en cuenta el tamaño del hogar”, sostiene el experto.
Indica el investigador que uno de los factores para disminuir la desigualdad es el empleo. “El acceso a la formalidad y al empleo son dos canales fundamentales para reducir las brechas de ingreso, como lo reconoce el documento aprobado del PND. En este sentido, si bien la informalidad se ha reducido, entre 2010 y 2012 tal reducción ha sido de apenas un 0,7%. El dato más alarmante, sin embargo, es la brecha entre las tasas de ocupación femenina y masculina, que todavía es de más de 20 puntos porcentuales, y por el cual el PND es bastante afásico”, asegura Bogliacino.
Sostiene el experto que “plantea el PND una reducción del coeficiente de Gini de 2 puntos en cuatro años. Sin pretender hacer análisis de escenario (se necesitarían otros instrumentos), unos simples cálculos pueden mostrar que resulta posible conseguir mucho más con una sencilla política de inserción laboral, basada en políticas industriales”.
La industria
Precisamente y respecto a las políticas industriales, el PND plantea e insiste en el desarrollo de la competitividad como factor principal para la recuperación industrial. Para el investigador Álvaro Zerda Sarmiento, profesor de Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, “se debiera suponer que uno de los sectores por beneficiarse de la estrategia de competitividad es el de la industria, por cuanto en las Bases del Plan se señala como uno de los ‘sectores líderes’, a más del sector de construcción y el de servicios financieros y sociales. También, por cuanto es mencionado como quinto eje prioritario de la Agenda Nacional de Competitividad 2014-2018 -‘transformación industrial-’”.
Sin embargo, las consideraciones específicas del Plan sobre este sector hacen relación a aspectos microeconómicos de las empresas para fortalecer su capacidad de innovación, a la ampliación de la refinería de Cartagena y al sector agroindustrial que será impulsado en la región de los Llanos orientales, así como a la incidencia de las TIC en la productividad empresarial y la configuración de parques industriales en las regiones.
Sostiene Zerda que “de lo analizado en este documento se deduce que el PND carece de una visión integral del crecimiento económico que permita establecer estrategias y acciones que involucren los variados componentes de un sistema social de producción e innovación, pero sobre todo mirando otros mercados distintos a Estados Unidos”.
Pero otra cosa es lo que piensa el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, quien manifestó que “el Plan contempla inversiones en el cuatrienio por 703,9 billones de pesos y es sostenible desde el punto de vista fiscal, pese a la caída en los precios internacionales del petróleo”.
Impacto social del Plan
De los 262 artículos aprobados por la Plenaria de la Cámara figuran los siguientes:
-En el tema de servicios públicos el Plan contempla varias herramientas para que los colombianos puedan tener más cobertura y mejor calidad en la prestación de los mismos.
-Se prorrogan los subsidios de energía y gas hasta el 31 de diciembre para beneficiar a los estratos que los tienen en razón de la Ley 1117 del 2006.
-Se abre la posibilidad de que los usuarios puedan comprar energía a través del sistema prepago a las empresas generadoras, distribuidoras y comercializadoras de este servicio.
-Para garantizar la efectiva prestación del alumbrado público, se pone fin a un impuesto creado desde el siglo pasado y se establece una contribución con la que se busca ampliar la cobertura de dicho servicio bajo el principio de eficiencia.
-Con la estrategia de masificación del uso del gas, que contempla el Plan de Desarrollo, se otorgan subsidios a usuarios de estratos 1 y 2 para que puedan hacer la conexión domiciliaria que les permita tener el servicio en sus casas.
-En el servicio de transporte público se contemplan acciones para dar el salto de sistemas autosostenibles a sostenibles, es decir, que haya otras fuentes de financiación y operación distintas a la tarifa que se cobra al usuario.
-Además se da vía libre al Gobierno para que apoye económicamente la implementación de los sistemas masivos, integrales y regionales en las ciudades colombianas que no cuentan con este servicio.
-Para contribuir en la solución de la crisis de movilidad urbana que se presenta en las grandes capitales, el PND contempla acciones orientadas a estimular el uso de la bicicleta y otros medios no motorizados que se puedan conectar con los otros modos de transporte.
-La obligatoriedad de la educación media hasta el grado 11, la jornada única escolar de mínimo 7 horas y la convalidación de títulos extranjeros son herramientas que consagra el Plan en el eje de educación, uno de los tres pilares del mismo.
-La focalización de los subsidios a los créditos del Icetex a través del Sisben permitirá el acceso a esos préstamos de estudiantes de los estratos 1, 2 y 3, que pagarán cero intereses o por debajo de las tasas comerciales.
Más beneficios
-Control estricto a los precios de los medicamentos y dispositivos médicos.
-Instalación de cámaras de vigilancia en las ciudades con el apoyo del sector privado para prevenir el delito y atacar la inseguridad.
-Reubicación de poblaciones y comunidades ante la amenaza de desastres naturales.
-Política pública de protección de la mujer rural para superar su situación de vulnerabilidad y violencia.
-Cierre de brechas sociales intrarregionales.
-Protección y delimitación de páramos.
-Garantía de la Nación para financiar proyectos de vivienda social y prioritaria.
-Acceso al programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) para garantizar la pensión de las personas que hagan ahorros.