Por Jairo Morales Nieto *
Especial para EL NUEVO SIGLO
El logro del pleno empleo en los nuevos territorios de paz es uno de los objetivos más importantes para la consolidación de la estabilidad política del país, la seguridad ciudadana y el progreso económico.
Si ese objetivo no se busca deliberadamente desde ahora mismo, antes que se firmen los acuerdos de paz, es altamente probable que la sociedad presencie tempranas perturbaciones políticas y sociales en los mencionados territorios por causa de la frustración y falta de respuestas rápidas a las grandes expectativas de cambio, ocupación productiva y bienestar social en general que necesariamente generará la transición hacia la paz.
La acción gubernamental en la búsqueda del pleno empleo en la era postconflicto que se aproxima tiene una dimensión global y una dimensión local. En anteriores artículos publicados por este Diario, hice una breve introducción a los aspectos globales del pleno empleo con énfasis en asuntos históricos, éticos y macroeconómicos. En esta ocasión miraré el problema del pleno empleo a través de la ranura micro-estructural y local (municipal) que, a mi juicio, son los ángulos de observación más apropiados para re-estructurar los mercados laborales y para producir respuestas inmediatas y directas a las demandas de todas las poblaciones que habitan o retornan a sus lugares de origen y que aspiran vivir mejor hoy que en el pasado.
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Una propuesta de acción inmediata
Este ensayo tiene un enfoque experimental. Su narrativa trascurre alrededor de una propuesta de acción inmediata hacia el pleno empleo cuyas características las asimilo al juego de la armada de un rompecabezas donde los jugadores tienen todas las piezas sobre la mesa pero no disponen de la lógica y el método para ponerlas todas juntas en sus lugares correspondientes.
El procedimiento metodológico seleccionado para emprender la acción inmediata que propondré se enmarca dentro de lo que renombrados matemáticos y economistas denominan ‘Teoría del Juego Cooperativo’ (siguiendo a John von Neumann y Anthony Downs), la cual me gustaría relacionarla aquí de algún modo dentro del contexto de la transición colombiana hacia la paz y desarrollo. Veamos a continuación en qué consistiría el juego del rompecabezas para la paz local como parte de la teoría del juego cooperativo.
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Jugadores y juego cooperativo para el pleno empleo
Aprovechando la oportunidad que ofrecen los acuerdos de paz en La Habana, próximos a firmarse, vamos a imaginarnos que un grupo selecto de jugadores de un determinado territorio de paz (municipio) concuerdan que hay que llevar esos acuerdos a nivel local y además coinciden en que el pleno empleo (en su versión pura y aplicada como lo definimos en un anterior ensayo publicado por este Diario) es uno de los mejores vehículos para la construcción de paz, seguridad ciudadana, bienestar social y crecimiento económico en el territorio donde habitan.
Los jugadores son básicamente representantes de los poderes públicos presentes en el municipio; representantes de los grupos de poder económico local; representantes de las fuerzas laborales locales; representantes de la economía solidaria; y, representantes de la comunidad de cooperación internacional comprometida con la construcción de paz y reconciliación en el respectivo municipio.
Se observa que son jugadores con intereses grupales diferentes pero perciben que si trabajan juntos tras el objetivo propuesto, el beneficio es superior al que obtendrían si trabajan por separado (efecto sinérgico). Así, todos optan por realizar un juego cooperativo sin ejercer rivalidades, más allá del obvio reconocimiento de las ventajas competitivas de aquel jugador o grupo de jugadores que estarían en mejor posición de hacer una tarea en forma más eficiente que el resto. Si realizan bien el juego cooperativo, todos los grupos ganan. Si lo realizan mal, todos pierden. En el juego cooperativo no puede haber grupos que ganen y otros que pierden.
Dado que el éxito del juego cooperativo depende en buena medida de la calidad de la coordinación (e información, como lo veremos más adelante), el grupo puede nominar un jugador que presente las mayores ventajas para ejercer esta función, o bien pueden delegarla en un tercer agente independiente. Hay que anotar que en esencia no se trata de un juego de especialistas en pleno empleo sino de un juego de tomadores de decisiones para la paz y desarrollo.
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El rompecabezas: pautas y piezas
Las pautas para construir el rompecabezas indican que: (i) hay que dividir la mesa de juego en cuatro cuadrantes; (ii) cada cuadrante tiene un grupo de juego conformado por la combinación de diversos miembros de los grupos participantes y un coordinador; (iii) los grupos por cuadrante disponen de todas las piezas y la mayor información posible para realizar su trabajo; (iv) los resultados y productos de cada grupo por cuadrante se juntan para obtener la imagen-objetivo final del rompecabezas, que no es otra cosa que el logro del pleno empleo en el municipio. Es decir, la tarea de todos los grupos por cuadrante es identificar el potencial de empleo productivo existente en el municipio y también las decisiones estratégicas que tendrían que tomar todos juntos para lograr ese objetivo. Los cuadrantes y sus principales características son los siguientes:
Cuadrante I: Recursos naturales y biodiversidad
Los miembros de este cuadrante deben dar una mirada y revisión cuidadosa a la localización y uso actual y potencial de los recursos naturales renovables y no renovables con que cuenta el municipio (suelos, sub-suelos, bosques, aguas, lluvias, vientos, peces, fauna y bio-diversidad). El grupo debe evaluar el estado del uso (sub-uso, equilibrio o sobre-uso) de los recursos productivos y determinar el nivel de absorción de mano de obra actual y potencial sobre la base de un uso y manejo planificado y sostenible de los mismos. El uso del suelo agrícola con fines ilícitos debe tener particular observación pues su cultivo debe desaparecer de la geografía agrícola del municipio y por ende, los jugadores deben encontrar alternativas laborales para sus cultivadores campesinos y jornaleros originarios del municipio. Igualmente, los suelos minados deben ser cuidadosamente identificados y también los suelos, bosques y faunas que no pueden tener ningún uso productivo y que por consiguiente deberán protegerse e impedir su utilización con fines mercantiles.
Cuadrante II: Población, ocupación y patrones de asentamiento
Los miembros de este cuadrante deben establecer la relación entre la población del municipio con el medio físico natural y adaptado en términos de ocupación y patrones de asentamiento. Deben dar una mirada acuciosa al tema de la población económicamente activa (PEA) en el municipio por edad, sexo y su evolución futura; deben definir cuánta PEA está conformada por poblaciones residentes, desplazadas y desmovilizadas y su localización (urbana, peri-urbana y rural). También es necesario saber a qué se dedica la población ocupada por sectores y sitios geográficos y determinar cuánta población está desempleada, por edades y sexo y los tipos de desempleo (estructural, friccional, estacional, tecnológico, etc.). Hay que conocer cuáles son los niveles de educación y formación de la fuerza laboral, cobertura social y el régimen salarial. La situación actual y prospección de los adolescentes en edad laboral debe ser parte del análisis con especial observación de los desplazados y desmovilizados y poblaciones vinculadas a la economía de cultivos ilícitos, minería ilegal y a las bandas criminales. Los resultados de este ejercicio deben ser contrastados con los hallazgos del primer cuadrante para determinar la capacidad de absorción de fuerza de trabajo activa en el respectivo municipio vis-avis el uso actual y potencial de los recursos naturales.
Cuadrante III: Economía sectorial y empresarial
La tarea de los miembros de este cuadrante es mirar la actividad y dinámica sectorial y empresarial en el municipio. Cuántas empresas (formales e informales) existen en el municipio por sectores y su localización geográfica y qué cantidad de población está ocupada en esas empresas y actividades. A partir de la información obtenida por los grupos de los cuadrantes I y II, se debe identificar el potencial de expansión de las empresas existentes y de creación de nuevas empresas teniendo en cuenta los sectores económicos de mayor crecimiento hoy y en el futuro. El análisis sectorial productivo debe hacerse mediante un enfoque de cadenas de valor y análisis de conectividad de la economía empresarial local con los mercados nacionales e internacionales, en el camino de configurar metas de empleo por sector y ramas de actividad económica. También habrá que observar las actividades del sector público en el municipio, su estructura y rol ocupacional.
Cuadrante IV: Estrategias y políticas para la paz
Los miembros de este cuadrante deben mirar el marco de oportunidades que ofrecen las políticas públicas derivadas de los planes de desarrollo (nacional, sectorial y regional) y la estrategia postconflicto que el gobierno tendrá que diseñar para implementar los acuerdos de paz en función de los empleos que se generarán en el respectivo municipio. También es enteramente importante mirar el municipio en función del contexto internacional y su rol en los acuerdos comerciales internacionales suscritos por el país. Los resultados y recomendaciones de la Misión Rural deben ser analizados a la luz de las realidades y potencialidades del municipio para sacar la mayor ventaja posible de las políticas de desarrollo rural y modernización agrícola que la Misión propone.
La suma o yuxtaposición de las visiones y conclusiones de cada equipo por cuadrante debe representar la imagen final del rompecabezas que se define como la visualización de una situación de pleno empleo con descripción de las estrategias para lograr este objetivo en el respectivo municipio.
Dado el estado de postración laboral y atraso tecnológico de la población económicamente activa en los municipios de paz, es obvio que la formación del capital humano debe estar en el centro de la estrategia de pleno empleo.
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El rompecabezas y la facticidad estadística
Ciertamente, la armada del rompecabezas requiere de la disposición y uso de abundantes bases estadísticas y mapas cartográficos y digitales a escala municipal. De mi conocimiento, buena parte de la información requerida para armar cada cuadrante está disponible en Colombia, así que la falta de información no la percibo como un gran problema.
Acaso, antes de realizar el juego, sea necesario disponer de una clasificación y jerarquización de todos los municipios del país para seleccionar aquellos que formarían la base de lo que denominamos ‘nuevos municipios de paz’. Es decir, aquellos que se reconocen como los municipios más afectados por el conflicto armado secular.
Hay varios ejercicios clasificatorios de municipios en el país realizados por diversas instituciones para atender una gran diversidad de necesidades de información, planificación y decisión. Dentro de ellos, quiero destacar un ejercicio estadístico preliminar realizado por el ICBF/OIM (2014) bajo mi orientación que permitió clasificar y jerarquizar a todos los municipios del país mediante la elaboración de un índice sintético compuesto de variables e indicadores geo-demográficos, orden público, desplazamiento forzoso, privación económica y potencialidades institucionales.
Al final, el índice permitió clasificar y jerarquizar al 99.6% de los municipios del país, ordenados desde el puesto 1 (mayor grado de afectación) al puesto 1.099 (menor grado de afectación). Los municipios fueron agrupados por cuartiles de afectación que van desde muy alto, alto, mediano y bajo. El cuartil 1 agrupó a 275 municipios con el mayor nivel de afectación, que pienso sería el punto de partida para la armada de los rompecabezas municipales. Es un ejercicio estadístico preliminar que bien podría ser enriquecido y complementado con la información estadística sobre empleo municipal disponible en el DANE, Planeación Nacional, SENA, Fedesarrollo, administraciones departamentales y municipales.
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Los riesgos de no hacer bien las cosas
Quiero finalizar este escrito con una alerta temprana relacionada con los riesgos de no orientar la acción gubernamental hacia el objetivo del pleno empleo en la era postconflicto. Un primer riesgo lo presenta la economía ilegal auspiciada por el narcotráfico, la minería ilegal y las bandas criminales que operan como mercado laboral alternativo en todos los municipios del país y que están al acecho de los desempleados. Un segundo riesgo está en la preferencia política y tecnocrática de otorgar subsidios indiscriminados a la población desplazada y desmovilizada antes que dinamizar productivamente la economía y los mercados laborales y la formación de los recursos humanos. Un tercer riesgo es inhabilitar a los actores locales para que busquen sus propias soluciones a la espera de las respuestas globales del gobierno central. Todos estos riesgos juntos conforman la mayor conspiración contra la paz y la reconciliación.
* Doctor en Economía. Experto Internacional en Paz y Desarrollo. Ciudad del Cabo, Suráfrica. jairo@inafcon.com