El principal plan de la presidenta Dilma Rousseff para calmar las protestas callejeras en Brasil, convocar a un plebiscito para una amplia reforma política, no tendrá vigencia para las elecciones de 2014 como pretendía el gobierno, informó el viernes el vicepresidente, Michel Temer.
Las objeciones del Congreso a los planes a contrarreloj de la presidenta -que quería ver el plebiscito y la reforma política aprobados antes de octubre para que fueran aplicables en las elecciones generales de 2014- se hicieron obvias en una reunión del vicepresidente con los líderes de la coalición en la Cámara de Diputados.
Al salir de la reunión, Temer afirmó: "No hay condiciones en términos de tiempo de hacer cualquier consulta -el plebiscito- antes de octubre (...) cualquier reforma solo se aplicará en las próximas elecciones" (las municipales de 2016), dijo.
Los diputados aliados también informaron que quieren convocar al plebiscito "junto con el segundo turno de las elecciones de (octubre de) 2014", dijo Temer.
La presidenta propuso un plebiscito para impulsar esa reforma como respuesta a tres semanas de multitudinarias protestas callejeras en Brasil, en reclamo de mejores servicios públicos y contra los políticos y la corrupción. Rousseff había considerado "oportuno", que esa reforma fuera aplicable en las próximas elecciones, aunque el propio tribunal electoral indicó que precisaba al menos de 70 días.
La reforma es presentada como un antídoto a malas prácticas en la política, falta de representación y la corrupción, porque aborda cuestiones como una más estricta regulación de la financiación de campañas, y variaciones en el sistema para elegir a los parlamentarios que acerque más al elector.
Rousseff insistió el jueves en un acto público en el noreste del país en la importancia de ese plebiscito porque serán los ciudadanos los que definan la reforma política, y contestó objeciones sobre la complejidad de las preguntas o si el tiempo de una reforma a contrarreloj no sería suficiente para esa comprensión ciudadana.
"Creo mucho en la inteligencia del pueblo brasileño (...) No soy de los que piensan que el pueblo es incapaz de entender porque las preguntas son complicadas", dijo Rousseff, aunque no se refirió al anuncio hecho por el vicepresidente de que tanto el plebiscito como la reforma no serán inmediatos.