Gran Bretaña presentará el miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución sobre Siria para allanar el camino a un ataque militar que, según Estados Unidos, podría durar más de un día.
"El Reino Unido redactó una resolución que condena el ataque con armas químicas de Al Asad y autoriza las medidas necesarias para proteger a los civiles", afirmó el primer ministro británico, David Cameron, en su cuenta Twitter.
"Siempre dijimos que queríamos que el Consejo de Seguridad de la ONU estuviera a la altura de sus responsabilidades. Hoy, tenemos la ocasión de hacerlo", dijo Cameron.
Rusia e Irán, aliados del gobierno del presidente sirio, Bashar al Asad, volvieron a advertir del riesgo de desestabilización de toda la región en caso de ataque militar a Siria.
Rusia, que dispone del derecho de veto y junto a China ya bloqueó varias resoluciones sobre Siria, consideró inoportuna una reunión del Consejo.
Antes de cualquier discusión y decisión, el Consejo de Seguridad debe esperar el informe de los expertos que se encuentran en Siria, sostuvo Rusia.
"Déjenles terminar su trabajo en cuatro días", dijo en La Haya el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Luego, los expertos deberán realizar análisis científicos, posteriormente tendremos que hacerle un informe al Consejo de Seguridad para que tome las decisiones que considere necesarias", agregó.
En Siria, luego de una pausa el martes, los expertos de la ONU se trasladaron a Ghuta oriental, una de las localidades afectadas.
El enviado especial a Siria de la Liga Árabe y de la ONU, Lakhdar Brahimi, lamentó el miércoles en Ginebra el uso de una sustancia química el 21 de agosto en ese país.
Al parecer se utilizó una sustancia que "mató a muchas personas, sin ninguna duda a más de 100, algunos hablan de 300, algunos hablan de 600, quizá 1.000, quizá más de 1.000", declaró Brahimi.
"La ley internacional dice que se puede emprender una acción militar después de una decisión del Consejo de Seguridad", declaró Brahimi, al ser interrogado sobre un eventual ataque occidental.
El proyecto de resolución británico "autorizará todas las medidas necesarias en virtud del capítulo VII de la Carta de la ONU para proteger a los civiles de las armas químicas" en Siria, precisó la oficina de Cameron.
El capítulo VII está dedicado a cualquier "acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión".
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña quieren efectuar ataques selectivos para enviar un mensaje al gobierno de Asad contra la utilización de gases tóxicos, aunque no pretenden derrocarlo.
El gobierno de Estados Unidos tiene previsto hacer pública esta semana una parte de un informe de los servicios de inteligencia, que apuntan a la responsabilidad del régimen sirio en el ataque del 21 de agosto.
Según la revista Foreign Policy, los servicios de información estadounidenses escucharon, tras el ataque de la semana pasada, una conversación de un responsable del ministerio sirio de Defensa con un jefe de la unidad de armas químicas en la que le pedía "respuestas sobre un ataque con un agente neurotóxico que mató a más de 1.000 personas".
El presidente francés, François Hollande, quien recibirá el jueves al presidente de la Coalición Nacional Siria (oposición), se mostró "dispuesto" a "castigar" militarmente a Damasco.
El parlamento francés será convocado el miércoles próximo para una sesión extraordinaria dedicada a Siria.
Ahmad Ramadan, dirigente opositor sirio, dijo que los rebeldes han analizado con los países aliados los objetivos que conviene atacar, entre los que figuran aeropuertos, bases militares y depósitos de armas.
Rusia e Irán advirtieron de las consecuencias regionales de una intervención.
En una conversación telefónica con Brahimi, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, "destacó la falta de alternativa a una solución político-diplomática".
Los "intentos de alcanzar una solución militar sólo conducirán a una desestabilización aún mayor de la situación en el país y la región", agregó.
El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, advirtió también que una intervención estadounidense sería "un desastre para la región", a la que ya considera un "polvorín".
El régimen sirio afirmó que nunca utilizó armas químicas y advirtió que se defenderá en caso de ataque.
En Damasco, contra la cual los rebeldes sirios dispararon cohetes katiusha en "represalia" por el ataque del 21 de agosto, se percibía el miedo ante un eventual ataque occidental.
"Mi madre está aterrorizada. Vivimos al lado de la sede del Estado Mayor y eso es un blanco seguro", dijo a la AFP un habitante de la capital siria.
En un clima de nerviosismo, las bolsas estaban en baja en todo el mundo, mientras el petróleo mantenía una fuerte tendencia alcista, habiendo ganado desde el inicio de la semana más de 6 dólares en Londres y 3 en Nueva York.