En marzo,  cuando arranquen las sesiones ordinarias, “vamos a entrar en una discusión mucho más seria” del Plan de Desarrollo, precisó el presidente del Senado, José David Name, del Partido Social de Unidad Nacional (La U).

En esa etapa, le explicó Name a EL NUEVO SIGLO, “ya se va a necesitar votación calificada, eso significa que debe haber en plenaria para tomar una decisión más de 52 votos en algún sentido, sea negativo o positivo”.

Además, el Plan debe ser aprobado antes de que finalice la legislatura. “Tiene que ser socializado en todas las regiones del país. Es la hoja de ruta del presidente Juan Manuel Santos y esperamos sacarlo adelante”, anotó.

Otro de los elementos que serán importantes en la parte final de la legislatura, cuyas sesiones ordinarias se reanudan el 16 de marzo, es el trámite de algunas leyes en torno a la paz, aunque precisó el senador Name que “de pronto algunas leyes, o de pronto algunos pronunciamientos me tocarán, pero el tema de la paz no va a ser resuelto en este semestre”. Por eso le solicitó a las Farc mayor agilidad para sacar adelante el proceso de paz.

De otra parte, en la reanudación de las sesiones ordinarias también se tendrá que definir  el proyecto del senador Juan Manuel Galán, del Partido Liberal, que pretende que se autorice el uso de la marihuana de manera medicinal para lo cual el congresista tendrá que convencer a la plenaria del Senado del beneficio de este proyecto. De ser aprobada la iniciativa,  el Gobierno nacional tendrá un año para reglamentarla. La ponencia del senador Galán habla de permitir el cultivo de marihuana a quienes lo hagan con fines medicinales, pues actualmente se penaliza a todo aquel que cultive 20 plantas o más. De la misma manera el Gobierno tendría que expedir un marco regulatorio en el que se diga si habrá licencia a farmacéuticas o pequeños productores al momento de la elaboración de medicinas, quiénes podrían usar la planta para investigaciones científicas, qué plan se implementaría para verificar que sí es usada con un fin medicinal, qué enfermedades se permitiría tratar con estas medicinas, cómo podría un paciente acceder a ellas, cómo evitar que el crimen organizado saque provecho de la regulación y hasta qué impuestos pagarían los productores.

Galán explicó que “con esta medida, no solo se impide hacer de actividades como la plantación, un negocio lucrativo, sino también se establecen mecanismos estrictos de control para evitar el riesgo de desviación de insumos o recursos, hacia organizaciones criminales”.

El senador recordó también que el objetivo central del proyecto es “permitir el acceso seguro, informado y lícito del uso científico y medicinal del cannabis en Colombia”.

En ese orden de ideas el presidente de la comisión primera del senado cree importante que con ello el Congreso  pueda superar sus prejuicios y los procesos legislativos basados en el miedo; para asumir el desafío de explorar las causas de fondo de nuestras preocupaciones, resolverlas desde  la ciencia, y aproximarse a este tema con madurez y desde un corazón compasivo.