La incertidumbre que en este momento se mantiene en cuanto a la aplicación del voto electrónico en los comicios de 2014 también deja en veremos el proceso de identificación biométrica del elector que viene adelantando desde el año 2009 la Registraduría Nacional del Estado Civil, en el caso de elecciones atípicas y algunas pruebas piloto en las consultas de partidos.
El registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, ha enfatizado en la necesidad de que un proceso no signifique desestimular el otro, es decir, que la implantación del voto electrónico mande la biometría al ‘cuarto de San Alejo’.
En este sentido coincidió el presidente del Consejo Nacional Electoral, magistrado Carlos Ardila Ballesteros, quien señaló al respecto que “he seguido con atención los comentarios del señor Registrador, y creemos que en eso tiene mucha razón, una cosa es que el votante se identifique plenamente, que no tengamos duda de que el votante es quien dice ser, y otra cosa es cómo protegemos esos votos. El tema de suplantación de electores no se acaba con el voto electrónico, tiene que ver con un carta-huella, con la identificación biométrica, es decir con algo que nos permita asegurarnos de que quien vota corresponde realmente a esa persona a quien aparece en la cédula que está autorizado para votar”.
El dilema de tener que escoger entre voto electrónico y biometría tiene un fondo presupuestal, más teniendo en cuenta los altos costos que tiene la implementación del voto electrónico, aún inciertos porque la Comisión creada para la adopción de este sistema no ha finalizado un análisis al respecto, tras lo cual entregará unas recomendaciones sobre el tipo de sistema que más le conviene al país.
Sin embargo, el país cuenta con la ventaja que tiene digitalizadas todas las huellas de sus ciudadanos, lo cual es un insumo que no se puede desaprovechar en materia de identificación del elector, según considera el registrador Sánchez Torres.