En diciembre, la representante Ángela Robledo, del Partido Verde, denunció cómo en Colombia unos 14.000 niños son víctimas del reclutamiento por parte de todos los actores del conflicto armado en Colombia.
“Datos del Instituto de Medicina Legal” recabados en 2011 “demuestran que niños y adolescentes son los que más sufren violencia sexual en el conflicto armado. El 89 por ciento, es decir casi la totalidad de víctimas, de delitos sexuales son niñas y adolescentes entre 0 y 17 años. El dato es aún más escalofriante: el 35 por ciento, es decir, uno de cada tres casos son niños de 10 a 14 años”, dijo Ángela Robledo.
“Los niños son las principales víctimas, junto con las mujeres de esta guerra centenaria; están sin oportunidades y proyectos de vida y son quienes se vuelven carne de cañón o presa fácil de la violencia. Los indicadores sociales de las áreas rurales son una vergüenza”, dijo Robledo.
Citando un informe del Secretario de Naciones Unidas, Robledo expresó que las niñas son obligadas “a mantener relaciones sexuales con adultos a una edad temprana y a abortar si quedan embarazadas”.
“En 2011, en Guaviare, niños de las comunidades indígenas, en su mayoría niñas de edades comprendidas entre 12 y 14 años, fueron sometidos a repetidas violaciones y a explotación sexual por parte de grupos armados”, según lo consignó la ONU, entre otros muchos casos específicos que relatan hechos verificados de agresiones a niños dentro del conflicto, perpetrados por guerrilleros, paramilitares o bandas criminales y hasta por integrantes de las fuerzas militares y de policía.
“Hay una responsabilidad política innegable del Estado y del Gobierno en esta guerra. Asumir esta responsabilidad, junto con la que debe asumir también la guerrilla de las Farc es un paso fundamental para una paz positiva y duradera. Las víctimas que hemos escuchado en todas las regiones piden más verdad que justicia”, puntualizó Robledo.
Desde el hogar
De acuerdo con un informe de la campaña “Soñar es un derecho” y la Agencia Pandi (Periodismo Aliado de la Niñez, el Desarrollo Social y la Investigación) “la violencia intrafamiliar es una de las razones por las cuales muchos menores de edad terminan en las filas de los grupos armados ilegales”.
La campaña es promovida por la Fundación Mi Sangre y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el apoyo financiero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
“El reclutamiento de menores de edad para su uso dentro del conflicto armado es un delito en Colombia y está penalizado por el Derecho Internacional Humanitario. Sin embargo, esta problemática ha encontrado un terreno allanado en los hogares donde los niños sufren violencia intrafamiliar”, señaló el informe.
“En algunos casos los niños deciden dejar su hogar para escapar del maltrato, pero caen en ambientes más hostiles como grupos armados convirtiéndose en víctimas del reclutamiento ilícito”, advirtió el documento.
El cantautor Juan Esteban Aristizábal (Juanes), en el lanzamiento de la campaña “Soñar es un derecho”, sostuvo que “tenemos que hacer un llamado de atención a los padres de familia para revisar qué tiempo le estamos dedicando a nuestros hijos, y más allá de la cantidad, debemos darles calidad de tiempo, hablar con ellos, es tan sencillo como preguntarles cómo están, brindarles cariño.”
Que, según cifras de Medicina Legal, el 84 por ciento de los casos de violencia ocurran en el interior del hogar, “sumadas al hecho de que Colombia es un país con un conflicto armado de más de 50 años, hacen que muchos niños y niñas busquen opciones de vida alejados de sus hogares, haciéndoles vulnerables a escenarios de violencia aún peores como los grupos armados ilegales o las pandillas en las zonas urbanas”.
“El 83 por ciento de los niños y jóvenes que estuvieron en los grupos armados fueron víctimas de violencia intrafamiliar. Esta cifra confirma que el primer factor expulsor de los niños y las niñas de sus hogares para que sean víctimas del reclutamiento por parte de grupos armados ilegales es su propia familia. Entre otros factores está la deserción escolar con un 25 por ciento, por no estar interesados en lo que allí se estudiaba, y porque no había en dónde jugar ni realizar actividades recreativas. El 57 por ciento trabajaba antes de su vinculación y buscó en los grupos armados una mejor opción laboral, de ellos el 30 por ciento trabajaba raspando coca”.
Entre otras acciones, la campaña busca que hoy los colombianos muestren “su rechazo al reclutamiento tomándose una foto con el dedo índice levantado y compartiéndola en redes sociales. Podrán hacerlo a través de Twitter con el hashtag#yoprotejo o subirla en su perfil de Facebook y etiquetando en ella a Yo Protejo. También pueden enviarla al correo electrónico info@yoprotejo.org. El gesto con el dedo índice representa la intención de crear un Índice de Paz, una medida del rechazo de los colombianos al reclutamiento de nuestra niñez”, según información de los organizadores.