El sector financiero reclamó del Banco de la República no caer en los mismos pecados de la Reserva Federal de Estados Unidos, al anunciar un mes atrás que “se comprometían” con reducciones de 100 puntos básicos en la tasa de interés de referencia, pero sin entrar a condicionarlas a la baja más acelerada de la inflación subyacente.
Para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, sería útil que el Emisor reflexionara sobre la mala experiencia que ha tenido la FED con su estrategia de “guías futuras” (forward guidance), en momentos de alta incertidumbre.
Así, la Reserva Federal ha tenido que replantear sus anuncios sobre perspectivas de su repo y alterar sus cronogramas de compresión de su hoja de balance vía menores recompras de papeles financieros.
La inflación subyacente (sin alimentos) no ha estado convergiendo con la velocidad requerida, pues tan solo se redujo del 5,35% al 5,12% anual durante el último mes de junio.
Pensar en continuar reduciendo la tasa del Banco de la República rápidamente del 5,75% hacia el 5,25%, tal como lo da por descontado el grueso del mercado, requeriría que esta inflación “core” rompiera rápidamente la barrera del 5%, lo cual luce difícil.
Explicó ANIF que las dificultades que experimenta la inflación “subyacente” tienen que ver con choques de costos por cuenta del alza del IVA del 16% al 19% aprobado por la reforma tributaria y con la indexación de precios-salarios, agravados por las concesiones a los repetidos paros.
Además, el temporal alivio del menor costo de los importados (pass-through) durante el primer semestre (con una apreciación promedio del 6% anual) podría revertirse durante el segundo semestre, cuando cabe esperar una devaluación promedio cercana al 5% anual, consistente con niveles de una Tasa Representativa del Mercado del orden de los $3.150 por dólar y un Brent más cercano a los US$50/barril que a los US$60/barril.
El descenso de la inflación total se explica por el buen comportamiento de los alimentos, bajando hacia 1,37% anual en junio contra 2,09% en mayo y 8,37% un año atrás.
Sin embargo, los buenos efectos estadísticos de mayo-agosto serán menos pronunciados durante septiembre-diciembre de 2017. A nivel microsectorial, la inflación de junio se incrementó principalmente en los grupos de esparcimiento 2,86%, salud 0,5% y vivienda 0,24%.
Por su parte, el IPP reportó una deflación mensual del -0,50% en junio, consistente con deflaciones anuales del -2,07%.
Segundo trimestre, regular
En Colombia, los indicadores líderes sugieren pobres desempeños de la economía colombiana durante el segundo trimestre del año.
Por ejemplo, la industria siguió contrayéndose a tasas del -1,6% anual en el acumulado enero-abril de 2017, al igual que el comercio, que lo hizo a tasas del -1,8%.
En línea con lo anterior, la ANIF Leading Index pronostica expansiones de solo el 1,8% anual. ANIF ha optado por mantener inalterado su pronóstico de crecimiento para Colombia en un 2,2% para 2017, pero si el proyectado rebote del segundo trimestre no se consolida será inevitable revisar dicha cifra hacia el rango 1,5%-1,8% para 2017.
Lo anterior explica por qué el Banrepública “se la jugó” nuevamente con reducciones de -50 puntos en su tasa-repo en su pasada reunión de junio, ubicándola en el 5,75%.
Dicha decisión sorprendió a buena parte del mercado, donde un 50% recomendaba y esperaba reducciones de -25 puntos.
ANIF ha venido señalando que para llegar a la tasa repo real-neutral del 1%-1,5% era fundamental que la inflación subyacente rompiera el punto de resistencia del 5% y esto aún no ha ocurrido.