Uno de los pilares de la actual administración no se pudo cumplir por falta de tiempo, principalmente. La participación ciudadana en los procesos para confeccionar el Plan de Desarrollo no llegó al 25 por ciento que se esperaba hicieran aportes a la carta de navegación para los próximos cuatro años.
Además de la baja participación, cerca de 250 mil ciudadanos frente a siete millones de habitantes, no se nota una mejoría frente a anteriores procesos. Por lo regular en los espacios para la supuesta toma de decisiones están los mismos con las mismas, es decir, son los mismos dirigentes que de una u otra manera están atentos a los problemas del sector.
Además de la apatía ciudadana en torno a tener contacto con las instituciones, se suma que el proceso de participación data de 1994 y 2000. Resulta que cada cuatro años, durante el primer semestre de la nueva administración de turno, se formula el Plan de Desarrollo Distrital y Local que se ejecutará en los cuatro años siguientes, pero debe realizarse en tiempo record.
Para esta ocasión y aunque la participación tuvo un repunte importante, las diferentes comunidades tuvieron confusión pues además de los tradicionales Encuentros Ciudadanos, la Administración promovió los Cabildos Ciudadanos y al mismo tiempo se hizo propaganda de los Presupuestos Participativos.
Ante estas circunstancias, para el joven Concejal del Movimiento Progresistas, Diego García Bejarano, las debilidades del proceso de participación en la formulación de los Planes de Desarrollo de Bogotá son por los Acuerdos de la Ciudad 12 de 1994 y 13 de 2000. “Son normas que además de estar desactualizadas y ser rígidas, no le brindan garantías a los ciudadanos de que sus propuestas sean consideradas en la formulación del Plan Distrital y los Planes Locales de Desarrollo”.
El Acuerdo 12 de 1994 es el Estatuto de Planeación del Distrito Capital y reglamenta la formulación, aprobación, ejecución y evaluación del Plan de Desarrollo Distrital. Por su parte, el Acuerdo 13 reglamenta la participación ciudadana en la elaboración, ejecución, seguimiento, evaluación de los planes de desarrollo de cada una de las veinte localidades de la ciudad.
“En la práctica es claro que ambas normas se cruzan entre sí, particularmente en los primeros seis meses de cada administración, período en el que se formulan los planes de desarrollo de cada Alcalde. Existe una agenda Distrital que no es compatible con la Local. Es por esa razón que muchos de los Cabildos Ciudadanos realizados por el Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (Idpac) en marzo y abril dirigidos a formular el Plan Distrital de Desarrollo, se cruzaron con los Encuentros Ciudadanos locales. La multiplicidad de espacios generó confusión y agotó los espacios planteados”, explicó el Concejal Progresista.
Por otro lado, el cronograma establecido es muy corto para formular participativamente los Planes de Desarrollo. Las posibilidades de difusión del documento del Plan son mínimas, lo que explica, en parte, que la incidencia efectiva de los ejercicios de participación frente a la formulación del Plan sea muy baja. Las administraciones de la ciudad no cuentan con el tiempo suficiente para divulgar los borradores del Plan, recoger y procesar las propuestas.
Así mismo, García Bejarano plantea hay un número significativo de espacios de participación que no son reconocidos en la formulación de los planes porque en lugar de potenciarlos quedan invisibles y, por el contrario, se crean Consejos Locales de Planeación que han sido acusados de ser excluyentes y espacios de politiquería.
Entonces, la capital del país requiere de una urgente reforma del Estatuto de Planeación y Participación en la ciudad, para así evitar los problemas suscitados con los pasados Cabildos Locales. Es claro que los Acuerdos 12 y 13 no son vigentes ni responden a los cambios que ha tenido la ciudad en la última década.