Gobierno no comparte idea de suprimir las cargas parafiscales que incrementan los costos laborales.
Ante el reto que tiene el Gobierno para alcanzar este año una tasa de desempleo de un dígito, varios sectores de la economía han pedido que para lograr ese objetivo deberá modificar el salario mínimo.
Precisamente una de las medidas que piden los analistas es que elimine los impuestos al trabajo. El director Ejecutivo de Fedesarrollo, Roberto Steiner manifestó que se hace imperativo desmontar las cargas no salariales con el fin de lograr una tasa de desempleo de un solo dígito.
De acuerdo con el investigador, los lunares de la economía colombiana con o sin crisis son el desempleo y la informalidad, en ese sentido anotó que “aunque vemos que la tasa baja mes a mes, seguimos con una de las tasas más altas de la región”.
Por lo anterior, afirmó, es imperioso que el Gobierno elimine impuestos distorsionantes como los impuestos al trabajo y el gravamen a los movimientos financieros y busque otras fuentes para obtener estos recursos.
No obstante, precisó que la prioridad debe ser eliminar los impuestos al trabajo –como las cargas parafiscales- ya que con sólo esa medida se lograría la meta de baja la tasa de desempleo a niveles de un dígito.
Por su parte, el presidente de Asofondos Santiago Montenegro dijo que cerca de 49 por ciento de la población tiene ingresos inferiores a un salario mínimo, convirtiendo a ese indicador en una barrera para la formalización.
Según Montenegro, una política que permitiría formalizar a buena parte de la población trabajadora colombiana, es tratar de asignar los incrementos de productividad a los sectores que más lo necesitan.
De tal forma que no sólo los sectores más modernos de la economía se beneficien de las ganancias en productividad porque es una situación que se ha venido presentando, incrementando los problemas de equidad y ahondando en la escasez de recursos de los sistemas de seguridad social.
Respecto a la condición de los salarios, el ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry aseguró que el Gobierno Nacional no ha pensado en modificar o revisar el salario mínimo.
“El Gobierno no está de acuerdo con las propuestas extremas de que se debe revisar el salario mínimo”, subrayó. De acuerdo con el funcionario, el actual esquema de salario mínimo funciona bien y los costos laborales no son excesivos cuando se contemplan integralmente. Agregó que los costos laborales no son excesivamente altos y que Colombia se encuentra en el promedio de América Latina.
Echeverry señaló que el ajuste del salario mínimo para el próximo año será una tarea de la comisión de concertación laboral en la que participan los empresarios y las centrales obreras.
Respecto al incremento de los salarios, el ambiente comenzó a calentarlo el vicepresidente de la República Angelino Garzón. quien manifestó que el aumento debería estar por encima de 5 por ciento que, según él, sería la cifra de inflación para este año.
El presidente de la Federación Colombiana de Comerciantes, Fenalco, Guillermo Botero, se mostró en contra de esta propuesta al considerar que no es aceptable para el empresariado colombiano y señaló que los criterios que hoy en día están operando como son la inflación proyectada, la inflación causada, productividad y la consideración del trabajo a la economía colombiana, son suficientes para hacer el reajuste al mínimo.
"Me parece que como están las cosas con una comisión tripartita donde tiene asiento el Gobierno, los empresarios y los trabajadores, es un buen mecanismo de concertación para acordar el incremento", sostuvo el dirigente gremial.
Agregó que aunque hace unos años no se ha podido llegar a un acuerdo, también es cierto que en algunas oportunidades los ofrecimientos del sector privado fueron más generosos que los que se ha ofrecido por los gobiernos de turnos.
"A nosotros como comerciantes claro que nos gusta un incremento bueno del salario mínimo, pero obviamente no puede ser tan supremamente alto que desestimule la generación de empleo en el país", anotó el presidente de Fenalco.