“El reconocimiento del pluralismo cultural del campesinado colombiano ha estado ausente de estrategias reales de protección, por lo que históricamente se ha traducido en diversas formas de marginación y abandono económico del campo”, dijo el presidente de la Comisión primera del Senado Juan Manuel Galán.
El congresista del Partido Liberal manifestó que es sorprendente que las cifras actualizadas muestren que Boyacá tuvo un aumento del 2,7% en su indicador de pobreza extrema, a pesar de que el promedio nacional disminuyó; o que el ingreso per cápita promedio fue de $391.566 y que con respecto a 2012 disminuyó un 4,2%. “Es inaudito que la tasa de desempleo en el departamento pasó de 7,3% en 2012 a 8,9% en 2013”.
Manifestó que es necesario dar respuesta a las sentidas denuncias sobre los altos costos de producción agrícola y la caída de los precios de sus productos; impulsar empresas asociativas rurales y finalmente contener lo que ha sido llamado el envejecimiento de la población de agricultores, relacionada directamente con que la población más joven viene siendo enlistada en las Fuerzas Armadas para la guerra, o, decide migrar a los centros urbanos dejando el campo sin fuerza de trabajo.
El congresista afirmó que la meta es reversar esos indicadores, generar riqueza, ingresos, productividad, y que nuestro campo no se siga envejeciendo. Recalcó que esa puede ser en primera instancia una responsabilidad estatal y de cada campesino; pero también es una responsabilidad nuestra, que podemos empezar a cumplir, reconociendo al campo como un modo de vida, promoviendo su diversidad, haciendo parte activa de la comercialización de sus productos. Cada campesino es una identidad que no solo hay que reconocer sino proteger.
Recordó el congresista que ser campesino no es una actividad económica; es una forma de vida. Anotó que el llamado al Gobierno es para que no vayan a olvidar al campo colombiano.