Si el país redujera la ola de violencia que se deriva del conflicto armado y de la acción de los grupos violentos, el país se ahorraría cerca de 6 billones de pesos al año, es decir 0,6 por ciento del Producto Interno Bruto.
De acuerdo a un análisis del economista senior del Bancolombia, Egberto Alexánder Riveros Saavedra, “el país habría crecido cerca de 0,6 puntos porcentuales menos cada año por cuenta de la presencia de la violencia. Más aún, esta pérdida de crecimiento habría alcanzado casi 2 puntos porcentuales hacia finales de los años noventa, cuando el conflicto alcanzó su mayor intensidad”.
Indica el experto que el conflicto interno que ha vivido el país por décadas ha impactado negativamente el crecimiento económico y ha limitado la capacidad productiva. Por ello, la posibilidad de que los actuales diálogos de paz conduzcan a un final del conflicto armado, representaría una oportunidad para elevar el crecimiento potencial de forma sustancial.
Señala el investigador en su informe que el conflicto interno tiene efectos negativos en el capital físico y humano, que resulta en una pérdida de productividad total de los factores de producción.
“A su vez, esto se relaciona con la destrucción de la cohesión social, el deterioro del marco institucional del país y el aumento en los costos de transacción. En consecuencia, se deduce que existe un círculo no virtuoso entre crecimiento económico y conflicto interno”, sostiene Riveros Saavedra.
Para este estudio, el Bancolombia, con datos del Ministerio de Defensa y Policía Nacional, construyó el Índice del Conflicto en Colombia -ICOC-, que mide la relación entre el desempeño de la economía y el conflicto armado, e identificar cómo éste ha variado en el tiempo con lo que cambia el grado de intensidad.
Lo anterior implica emplear metodologías que agreguen y sinteticen la información relacionada con la ocurrencia de hechos violentos. Este tipo de datos históricos incluye el número de policías asesinados, secuestros y extorsiones, entre otros.
El ICOC refleja las fases del conflicto armado interno: la primera de ellas, entre 1988 y 1991, es un periodo de ajuste; la segunda, entre 1992 y 1995, es una etapa de estancamiento, en el que disminuye la intensidad del conflicto; la tercera está comprendida entre 1996 y 2002 y corresponde a un período de recrudecimiento, en el que el índice alcanza su valor máximo, reflejando el mayor nivel del conflicto en la muestra y posiblemente el periodo de mayor costo económico para el país. Finalmente, está el último, denominado fase de reacomodación, se presenta entre 2003 y 2011 (actualmente).
Los resultados del modelo cuantitativo estimado por el Grupo Bancolombia, en el cual se explica el crecimiento económico por el capital físico, el capital humano y el conflicto interno -ICOC- evidencian que mientras mayor es el conflicto armado menor es el crecimiento económico. Igualmente, encontramos que en promedio cada año el crecimiento económico de Colombia fue 0,6 puntos porcentuales más bajo por cuenta del fenómeno de la violencia.
Además, es de destacar que el ICOC alcanzó en 2000 su valor máximo (3.17), es decir, que en dicho año el crecimiento del PIB habría sido 1.9% más bajo como resultado del periodo de mayor intensidad del conflicto. Por su parte, el efecto sobre el ingreso por habitante habría sido 0.45% cada año y en 2000 en 1.4%.
Indica el análisis que la economía colombiana ha dejado de crecer 1,9% a raíz del recrudecimiento del conflicto interno a finales de la década de 1990, y en promedio cada año, 0,6%. “De lo anterior podemos concluir que, de lograrse un acuerdo de paz entre el Gobierno y los grupos armados, el crecimiento potencial se incrementaría, con los efectos positivos que ello traería sobre el desarrollo económico y social de Colombia”, señala el informe.