El precio del petróleo bajó ligeramente el lunes en Nueva York, donde el mercado se mantuvo prudente en un marco de interrogantes sobre el futuro de la producción estadounidense.
El precio del barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en junio perdió 14 centavos a 59,25 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
En el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, el el barril de Brent del Norte con fecha de entrega en junio terminó a 64,91 dólares, 48 centavos menos que el viernes.
"Hubo un poco de tomas de beneficios", comentó Carl Larry, de Frost & Sullivan, mientras que en Price Futures Group, Dan Flynn estimó que los inversores se mantienen prudentes antes de la publicación, el martes de noche y el miércoles, de nuevas cifras sobre las reservas de crudo y la producción en Estados Unidos.
En total, los precios retrocedieron "debido a inquietudes sobre el hecho de que la producción estadounidense de petróleo podría mantenerse o incluso aumentar, dado el incremento de los precios", explicó Larry.
En efecto, según los analistas de Commerzbank, "el incremento de los precios observado en las últimas semanas desaceleró considerablemente el ritmo en que venía cayendo la actividad de perforación en Estados Unidos".
Según un recuento publicado el viernes por el grupo Baker Hughes, el retroceso de la cantidad de pozos en actividad en el país se desaceleró la semana pasada, con 11 cierres netos de pozos.
Además, en algunas regiones, como la rica cuenca de esquisto de Bakken (norte de Estados Unidos) "la cantidad de pozos de perforación aumentó por primera vez en el año", indicaron los expertos de Commerzbank.
Los precios subieron aproximadamente 40% entre mediados de marzo e inicios de mayo, hasta alcanzar 60,93 dólares por barril de WTI el 6 de mayo, acercándose a lo que varios expertos consideran es el umbral de rentabilidad para los pozos de petróleo de esquisto estadounidenses.
El impulso de los mercados desde marzo se debe en gran parte al hecho de que numerosos inversores especulativos apostaban a una baja de la producción estadounidense, que parece iniciarse en las últimas semanas, según las cifras del Departamento de Energía (DoE), atenuando los temores generados por la sobreoferta.
Si la producción vuelve a subir, los precios podrían estar nuevamente bajo presión, estimaron los analistas de Commerzbank/AFP.