El precio del petróleo se desplomó a un mínimo en tres meses, bajo la cota de 87 dólares el barril en Nueva York, en un mercado lastrado por la incertidumbre sobre la demanda mundial de crudo.
El barril de "light sweet crude" (WTI) con entrega en diciembre, en su primer día de cotización, cayó 1,98 dólares a 86,67 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
En Londres, el barril de Brent del Mar del Norte con entrega en diciembre cerró a 108,25 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE), con una caída de 1,19 dólares con respecto al cierre del lunes.
Los precios del crudo, que cayeron en sesión hasta 85,69 dólares, terminaron en su nivel de cierre más bajo desde el 12 de julio, siguiendo la tendencia de la Bolsa de Nueva York, que también bajó en forma pronunciada.
Afectados por sombrías previsiones de grandes empresas estadounidenses, entre ellos el primer constructor mundial de maquinaria de construcción Caterpillar el lunes, así como por el grupo químico DuPont, el fabricante de impresoras y fotocopiadoras Xerox y el conglomerado 3M el martes, los precios cedieron a la presión.
"Para empezar, el mercado está afectado por fuertes temores sobre la desaceleración de la economía mundial, destacó Bill Baruch, iiTrader.
"La caída bajo la barra de los 87 dólares se debe en gran parte a temores sobre el crecimiento" y en consecuencia sobre el vigor de la demanda de crudo en el próximo año, concordó Bart Melek, de TD Securities.
Estos temores también pesaron sobre la cotización de las divisas consideradas riesgosas, como el euro, favoreciendo al dólar, considerado un valor refugio, lo que acentuó la presión sobre los precios del crudo.
En efecto, el encarecimiento del dólar hace la compra de activos, cotizados en dólares como el crudo, menos atractivos para los inversores munidos de otras divisas.
Por otra parte, "la reactivación del oleoducto" Keystone, cuya actividad había sido suspendida el miércoles pasado a causa de un problema en la rama que transporta crudo de Canadá hasta las refinerías estadounidenses, permitió disponer de una oferta más abundante en el mercado de crudo estadounidense, acentuando la caída de los precios, subrayó Baruch.