El cadáver de Marco Antoni Ávila, quien cubría la fuente policial, fue hallado en una carretera del estado de Sonora acompañado de un mensaje atribuido al narcotráfico, tras haber sido secuestrado el jueves, con lo que suben a siete los comunicadores asesinados en 2012 en el país.
"Se encontró sin vida el reportero Marco Antonio Ávila, con signos de tortura y con un mensaje del narcotráfico", indicó a la AFP vía telefónica el portavoz de la fiscalía de Sonora (noroeste), José Larrinaga.
Ávila, que cubría información policial en el diario local El Regional de Sonora, de Ciudad Obregón (unos 1.700 km al noroeste de Ciudad de México), había sido secuestrado el jueves por tres hombres encapuchados y armados cuando estaba limpiando su vehículo en un establecimiento de lavado de autos.
"Se encontraba en un autolavado en Ciudad Obregón cuando llegaron tres personas desconocidas encapuchadas y con armas de fuego lo sometieron, lo subieron a una camioneta y se lo llevaron", explicó Larrinaga, quien no detalló el modo en que fue asesinado el comunicador.
México es considerado uno de los países más peligrosos en el mundo para el ejercicio del periodismo. En 2012, al menos siete periodistas han sido asesinados, seis de ellos en el último mes.
Con la muerte de Ávila suman 81 los periodistas ultimados en el país desde el año 2000, de acuerdo con datos de la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos (ombudsman). Además, otros 14 están desaparecidos, según la misma fuente.
La oficina en México de la organización defensora de libertad de expresión Artículo 19, con sede en Londres, condenó el asesinato del comunicador.
"Artículo 19 exigirá una investigación en la que se agote la línea de su trabajo periodístico antes de escuchar cualquier otra versión sobre los motivos del asesinato", dijo a la AFP Juan Carlos Romero, de la oficina en México de esa organización.
Romero lamentó que las autoridades no hubieran podido impedir el asesinato del periodista, ya que la noche anterior la policía y la fiscalía "prometieron 'sellar' Guaymas y el cadáver de Avila en una carretera a 120 kilómetros de donde fue secuestrado".
Su organización considera que, de los siete comunicadores asesinados este año, en cinco casos el crimen pudo ser motivado por el trabajo periodístico que realizaban.
El 28 de abril apareció estrangulada en su casa la corresponsal de la revista Proceso en el estado de Veracruz (este), Regina Martínez, y cinco días después fueron hallados en esa misma entidad los cuerpos descuartizados de los fotoperiodistas Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez así como de la empleada administrativa del periódico local El Dictamen Iracema Becerra.
Las instalaciones de los diarios El Mañana y Hora Cero, en el estado de Tamaulipas (noreste) también fueron blanco de ataques armados este mes, sin que se produjeran víctimas.
El Mañana anunció el domingo que dejaría de publicar noticias relacionadas con las disputas del crimen organizado. Hora Cero ya había tomado esa decisión tiempo atrás.
Sonora, fronterizo con Estados Unidos, es uno de los distritos donde actúan los cárteles de las drogas.
La violencia ligada al crimen organizado ha dejado en México más de 50.000 muertos desde diciembre de 2006, la mayor parte por pugnas entre los narcotraficantes y en operativos militares en su contra.
AFP