Cumpliendo a tiempo en el pago de sus deudas, los microempresarios del país ahora demandan más crédito a pesar de la alta informalidad en el sector.
De acuerdo con un informe de Asobancaria, las estrategias comerciales de los bancos y los cambios regulatorios acertados han permitido que hoy en día existan casi 1,9 millones de personas naturales y más de 8 mil firmas con un microcrédito en el país.
Aunque la cartera de microcrédito ha disminuido en lo corrido de 2015, reflejando su carácter procíclico con la economía, los indicadores de calidad han mejorado, revirtiendo la tendencia que venía mostrando este producto, que desde 2012 venía presentando un relativo empeoramiento.
El indicador tradicional de calidad mostró en abril de 2015 (6,4%) un nivel similar al que tenía en febrero de 2010 (6,2%). Esta mejoría se mantuvo incluso al descontar el efecto de incorporación de Banco Mundo Mujer. El indicador más exigente de calidad por calificación también presentó una importante mejoría y en abril de 2015 registró un nivel de 10.5%, similar al 10.8% de diciembre de 2013.
Por su parte, la calidad de las cosechas desembolsadas de microcrédito, tanto para los de menor como para los de mayor monto, presentan una mejor tendencia en 2013 y 2014 que aquellos otorgados durante 2012. La mejoría de los últimos dos años indica un ajuste muy positivo en las políticas de otorgamiento crediticio de las entidades bancarias.
De acuerdo con el informe, históricamente se evidencia una relación inversa entre la morosidad en la cartera de microcrédito y el ciclo económico, de manera que el indicador de calidad de cartera tiende a empeorar en los periodos de desaceleración económica.
Sin embargo, en lo transcurrido de 2015, aunque se aprecia una desaceleración en la dinámica de la actividad productiva, no se observa un deterioro en la calidad de esta cartera. No obstante, la coyuntura económica desfavorable plantea la necesidad de realizar un seguimiento atento a los indicadores de calidad para atender cualquier señal de deterioro.
Actualmente los principales beneficiarios del microcrédito en Colombia son personas naturales dadas las características de los microestablecimientos en el país.
En efecto, a septiembre de 2014, el 66,2% de estos establecimientos tenía un registro de cámara de comercio como persona natural, frente a sólo el 6.6% que lo tenía como persona jurídica.
Así mismo, la mayoría de los microestablecimientos en el país son empresas pequeñas (el 95% de las empresas tiene hasta 5 empleados) y de bajos niveles de formalidad, pues hasta dos terceras partes de los empleados no cuentan con afiliación a sistema de seguridad social en salud y pensiones, prestaciones sociales o aseguramiento en riesgos laborales.
Según Asobancaria, el valor del microcrédito promedio del sector financiero se ubica alrededor de un 30% de PIB per cápita anual del país. Segundo, este valor ha descendido en el tiempo, lo que evidencia una orientación del producto hacia la base de la pirámide.
Además de la positiva evolución del microcrédito promedio, la encuesta de microestablecimientos del DANE pone de presente la importancia de profundizar los esfuerzos por formalizar el tejido microempresarial colombiano y la efectiva incorporación del nivel de ventas como criterio de clasificación Mipyme en el país.
De acuerdo con el DANE, en septiembre de 2014 los principales problemas que enfrentaban los microestablecimientos correspondían a mercadeo y comercialización (36,7%) y a financiamiento (24.5%).
Entre los financieros, la principal dificultad se encontraba en la falta de capital (23,4%). Sin embargo, los encuestados encontraron menores obstáculos en el acceso al crédito (8%) y en las altas tasas de interés (7,5%).
Esta respuesta corrobora el comportamiento de la tasa de interés de colocación ponderada del microcrédito, que evidencia el buen desempeño de este producto de inclusión financiera.