El presidente estadounidense, Barack Obama, calificó de "muy preocupante" la posibilidad de que el régimen sirio haya bombardeado una zona rebelde con armas químicas y el Pentágono posicionó fuerzas para una posible acción militar en Siria.
Rusia, aliada de Damasco, pidió verificar las denuncias y juzgó "inaceptables" los llamados europeos a una intervención internacional.
"Lo que hemos visto indica que es claramente un hecho muy preocupante", afirmó Obama, al referirse a las denuncias de un ataque con gases tóxicos en las afueras de Damasco que el miércoles pasado habría dejado 1.300 muertos, según la oposición siria.
"Estamos recabando información sobre ese hecho", agregó Obama, sin precisar si los indicios apuntaban específicamente a un ataque químico, un acto con el que en teoría el régimen de Bashar al Asad habría cruzado la "línea roja" que el mandatario norteamericano fijó hace un año.
Los comandantes estadounidenses han preparado una gama de "opciones" para el caso de que Obama decida lanzar un ataque contra el régimen de Damasco, dijo este viernes el secretario de Defensa, Chuck Hagel a periodistas a bordo de su avión, en ruta hacia Malasia.
Medios estadounidenses informaron que buques de guerra habían sido enviados a la región para el caso de tener que realizar ataques con misiles de crucero u otro tipo de acción, pero Hagel rehusó comentar esas noticias.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que un ataque con armas químicas sería considerado "un crimen contra la Humanidad", de "graves consecuencias".
Una responsable de la ONU es esperada el sábado en Siria para negociar las modalidades de la investigación.
El régimen sirio negó categóricamente el uso de ese tipo de armamentos.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Gran Bretaña que se basa en una amplia red de activistas y médicos, contabilizó 170 muertos en esa zona, aunque no confirmó el uso de armas químicas.
Obama se ha mostrado reacio hasta ahora a ordenar una acción militar para proteger a los civiles sirios, expuestos a un conflicto que en casi dos años y medio dejó más de cien mil muertos y provocó el éxodo de unas dos millones de personas, la mitad de ellas niños, según datos de la ONU.
En Europa, en cambio, se multiplican los llamamientos para que la ONU presione al régimen de Asad y a favor de una intervención militar.
"Creemos que es un ataque químico a gran escala del régimen de Asad, pero nos gustaría que las Naciones Unidas fuesen capaces de determinarlo", dijo el viernes el jefe de la diplomacia británica, William Hague.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, aseguró que "la comunidad internacional tiene que actuar con sentido de urgencia y responsabilidad" para promover una "solución política".
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, ya había urgido el jueves a reaccionar "con fuerza" si se confirmaba una masacre por la utilización de armas químicas.
El enviado especial de la Liga Árabe y de la ONU, Lakhdar Brahimi, indicó que el conflicto sirio "es sin ninguna duda la mayor amenaza para la paz y la seguridad en el mundo hoy".
Rusia rechaza "ola de propaganda antisiria"
Rusia denunció una "oleada de propaganda" contra su principal aliado en Medio Oriente.
"En este contexto de nueva oleada de propaganda antisiria, creemos que los llamamientos de algunas capitales europeas a ejercer presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU y ahora mismo a tomar una decisión sobre el uso de la fuerza son inaceptables", afirmó el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
El texto añade que existen indicios de que el ataque fue "claramente una provocación" de los rebeldes y asegura que las imágenes de internet que implican al régimen fueron colgadas antes de que tuviera lugar la operación.
Las imágenes distribuidas por los activistas en las que puede verse a niños inconscientes, gente echando espuma por la boca y médicos proporcionándoles oxígeno provocaron el rechazo internacional.
El ministerio ruso también acusó a los rebeldes de "impedir" una investigación objetiva.
Previamente, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, en otro comunicado emitido tras mantener una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry, indicó que Moscú "pidió al gobierno sirio que coopere con los expertos químicos de la ONU" que se hallan en Siria investigando en otras tres zonas en las que supuestamente se cometieron ataques con armas químicas.
"Ahora le corresponde a la oposición garantizar un acceso seguro a la misión en el lugar del incidente", que se produjo en una zona controlada por los rebeldes, señala el comunicado, que subraya que Lavrov y Kerry quieren una "investigación objetiva" de la ONU.
La coalición de la oposición siria se comprometió "a garantizar la seguridad" de los inspectores de la ONU en los presuntos lugares de los ataques con armas químicas, pero consideró "fundamental que el equipo pueda viajar antes de 48 horas a la zona".
Según la oposición, el ejército disparó contra los civiles al menos tres salvas de misiles equipados con cabezas químicas.
"Hemos logrado recoger muestras de cabellos, de sangre y de orina y también fragmentos de misiles y vamos a enviarlos fuera de Siria para que sean analizados", anunció en Estambul el secretario general de la coalición, Badr Jamous.
Un activista de Moadamiyet al Sham, el suburbio del suroeste de Damasco donde el supuesto ataque tuvo lugar, indicó a la AFP que ayudó a enterrar a decenas de civiles que murieron por "asfixia".
La veracidad de los vídeos colgados en la red por los activistas no pudo comprobarse.
La AFP analizó una de las imágenes más impactantes utilizando un programa informático especial y concluyó que no fue manipulada y fue tomada efectivamente el 21 de agosto, como se indicaba.
Los expertos señalaron que las convulsiones, el aspecto de las pupilas y la dificultad para respirar pueden ser síntomas de gas nervioso, pero insistieron en que las muestras de sangre y de orina son las que pueden determinarlo con exactitud./AFP