El gigante estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) sufrió en 2013 una pérdida neta de unos 12.480 millones de dólares con un promedio de producción diaria de 2,5 millones de barriles, que el gobierno pretende reimpulsar con la polémica reforma energética que abrió el sector al capital privado.
"PEMEX registró una pérdida neta de 169,1 miles de millones de pesos" (unos USD 12.480 millones) el año pasado, informó la compañía en un reporte preliminar de resultados difundido este jueves a inversionistas.
La compañía, la mayor de México, había tenido en 2012 una ganancia de 2.600 millones de pesos (casi USD 200 millones).
En 2013, los ingresos totales de Pemex ascendieron a 1,6 billones de pesos (unos USD 120.000 millones) y la EBITDA (utilidades antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) fue de 992,900 millones de pesos (USD 73.280 millones), agregó el reporte.
La producción de crudo promedio de Pemex durante el año pasado fue de 2,522 millones de barriles diarios.
Pemex es el séptimo productor de crudo en el mundo -de acuerdo con la propia compañía- pero ha registrado una fuerte caída de su producción en los últimos años desde los 3,4 millones de barriles diarios producidos en 2004.
-Una carga fiscal excesiva-
Para David Shields, autor del libro "Pemex: la reforma petrolera" (2006), la pérdida sufrida por la empresa más grande del país, que aporta más de un tercio de los recursos públicos del Estado mexicano, se debe precisamente a esa "carga fiscal excesiva" y a un "deterioro creciente en sus finanzas".
"Y la razón de fondo es que también ha habido un deterioro gradual en sus operaciones desde hace varios años en parte por la declinación de los yacimientos", dijo Shields a la AFP.
Durante décadas, dos terceras partes del petróleo mexicano fueron extraídas del yacimiento marítimo Cantarell, que llegó a ser considerado uno de los más importantes a nivel mundial, junto con el complejo de Arabia Saudita, Ghawar, pero su declive inició a partir de 2004.
La explotación de hidrocarburos en aguas profundas, un área inhóspita hasta ahora para Pemex, es una de las soluciones que podrían revertir las pérdidas financieras de la empresa.
Para reunir los fondos necesarios ello, el presidente Enrique Peña Nieto impulsó una polémica reforma energética -aprobada a finales de 2013-, que fija el objetivo de producir tres millones de barriles en 2018 y 3,5 millones en 2025.
Esta reforma constitucional, alagada en el extranjero pero duramente contestada por la izquierda mexicana, abrió por primera vez en 75 años el sector energético a la inversión privada, ya sea nacional o extranjera, previendo distintos esquemas, como contratos de servicios, de utilidad o de producción compartida o de licencia.
El gobierno mexicano prevé que la inversión extranjera se incremente en 10.000 millones de dólares anuales tras la reforma energética, pero aún deben aprobarse las leyes secundarias que implementarán la reforma./AFP