Implantes que pueden provocar cáncer fueron exportados a varios países de Suramérica, entre ellos Colombia, por la empresa francesa de prótesis mamarias PIP.
Los implantes también eran exportados a España y Gran Bretaña.
Más de 250 mujeres británicas entablaron una acción judicial después de que al menos la mitad de ellas tuvieran problemas con las prótesis de mama fabricadas por la empresa francesa PIP, dijo uno de sus abogados.
"Más de la mitad de estas mujeres sufrieron roturas de prótesis y también representamos a otras mujeres que están preocupadas por las informaciones" difundidas por los medios de comunicación sobre estos implantes de mama, declaró la abogada Esyllt Hugues, del bufete Hugh James de Cardiff (Gales).
Las autoridades sanitarias francesas anunciaron que el viernes publicarán un informe de expertos diciendo si esos implantes, fabricados por PIP, deben ser retirados, después de varios casos sospechosos de cánceres en mujeres que se los pusieron.
Un total de 30.000 mujeres están concernidas en Francia por ese problema.
Antes de que la empresa fuese liquidada en marzo de 2010, las ventas para la exportación de Poly Implant Prothèse (PIP), que producía unas 100.000 prótesis anuales, representaban 84% de su actividad, según el veredicto de liquidación judicial del tribunal de comercio de Tolón (sur de Francia).
Entre sus mejores mercados, figuraba Sudamérica, especialmente Venezuela, Brasil, Colombia y Argentina, con más de 58% de las exportaciones en 2007 y 50% en 2009.
Los implantes eran en esa época difundidos por unos sesenta distribuidores en más de 65 países entre cirujanos, hospitales y clínicas.
Desde marzo de 2010 y la alerta de la agencia francesa de medicamentos (Afssaps) sobre un proceso de fabricación no conforme, el organismo de Salud Pública de Chile había ordenado el retiro de las prótesis PIP de su mercado.
Europa occidental (España, Gran Bretaña, Suecia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Portugal y Suiza) era la otra gran región de exportación.
En el Reino Unido, la agencia de supervisión de productos médicos estima que entre 40.000 y 50.000 mujeres llevan implantes de esa marca.
Tras pedirles que no se dejen "llevar por el pánico" la agencia estimó el miércoles que no hay pruebas sobre un vínculo entre esas prótesis y la aparición de cánceres que justifique pedir a las mujeres que se las hagan retirar.
En 2007-08, un centenar de británicas había demandado a PIP por "prótesis defectuosas (escapes de gel de silicona)", observa el tribunal de comercio de Tolón.
PIP fue condenada a pagar 1,4 millón de euros de indemnizaciones por "no representación" ante el tribunal, indicó a la AFP el abogado de dos de los principales dirigentes de la empresa, Yves Haddad, quienes admiten haber comercializado un producto sin homologación, pero quienes insisten en que nada demuestra "por el momento que el producto podía causar la enfermedad".
En España, las autoridades sanitarias habían ordenado desde marzo 2010 a los cirujanos no seguir implantando esas prótesis, aconsejando a las mujeres verificar con sus médicos el estado de sus prótesis. Algunas de ellas, reunidas bajo el nombre de "Afectadas por prótesis PIP", reclaman a las autoridades que les reembolsen la extracción de los implantes.
Entre los otros clientes de PIP figuraban los países de Europa del este (Bulgaria, Hungría, Rusia, Belarús, Polonia y República Checa) donde las exportaciones pasaron de 5,4% en 2007 a 10% en 2009.
La firma vendía también en Irán, Turquía, Israel, Siria y en los Emiratos (8,1% en 2009), así como en Australia, Tailandia, Japón, Singapur y China.
En los últimos años no obstante las dificultades para PIP se habían acumulado a causa de la crisis y la baja del dólar. Colocada bajo tutela en 2009, la empresa, en cesación de pago, fue puesta en liquidación judicial en marzo de 2010.
Al mismo tiempo la Afssaps lanzó su alerta, informando acerca de un índice de ruptura anormal de las prótesis y avisó al tribunal de Marsella. Los investigadores sospechan que la firma quiso reducir los costos, sobre todo usando un gel de silicona de baja calidad que le hizo economizar un millón de euros anuales.
Desde entonces, unas 2.000 mujeres presentaron demandas en Marsella, un número que con seguridad va a aumentar, según el tribunal. Ninguna demanda ha llegado hasta ahora del extranjero.
AFP