Seguridad, paz, narcotráfico y comercio son algunos de los temas de las relaciones de Colombia con Estados Unidos que la administración Santos deberá retomar y tratar de repotenciar con el nuevo gobierno de este coloso. Incluso algunos expertos consideran que es necesario revisar toda la agenda.
En esto último se identifica la excanciller Noemí Sanín, quien le dijo a EL NUEVO SIGLO que “creo que hay que elaborar una nueva agenda porque América Latina ha seguido estando en el patio de atrás de Estados Unidos. Pues obviamente el posconflicto colombiano es muy importante que cuente con los Estados Unidos, pero tenemos que rehacer la agenda porque fuera del tema de la paz, que es muy importante para Colombia, y para la región y para Estados Unidos, tenemos que tomar otros frentes”.
En ese sentido, Sanín consideró que es necesario establecer una nueva agenda en temas de seguridad, de drogas, “el tema de comercio, de inversión, el tema de educación, justicia. Prácticamente hay que rehacer la agenda entera porque con toda la admiración que le tengo a Obama, nos quedó debiendo, no solamente e Colombia sino a Latinoamérica, que solamente con lo de Cuba, que fue muy importante, y con la paz de Colombia, pero la política hacia Latinoamérica ha sido muy escasa y muy pobre”.
En tanto que el excanciller Camilo Reyes Rodríguez le dijo a este Diario que los temas clave en las relaciones de Colombia con el nuevo gobierno norteamericano son “primero el apoyo al proceso de paz, segundo la preservación de Paz Colombia, lo uno es parecido a lo otro pero uno puede mencionar que hay un apoyo político y hay otro que es un apoyo económico”.
Consideró también muy importante “el empeño de los dos países en el desarrollo y aprovechamiento del TLC. Eso es muy importante, es un esfuerzo enorme que hicieron los dos países, y sería muy grave y muy triste que después de semejante esfuerzo, nos vayamos a permitir abandonar ese propósito cuando ya está hecha buena parte del trabajo”.
Reyes de igual forma juzgó necesario trabajar conjuntamente con el nuevo gobierno de Estados Unidos en “mantener y desarrollar lo que se llama diálogo de alto nivel, que es un diálogo que logró entre los dos países diversificar la agenda. La agenda estaba muy concentrada en el problema del narcotráfico y el problema de la seguridad. Eso no es que se abandone, pero es muy importante que se mantenga el esfuerzo por diversificar la agenda, que incluye temas como por ejemplo preservación del medio ambiente, lucha contra el cambio climático, cooperación para la educación, cooperación para la migración de los jóvenes”.
Finalmente, Reyes dijo que las últimas cifras sobre el crecimiento de los cultivos ilícitos en Colombia, “nos obliga a que sin abandonar los otros temas, volvamos a hacer un esfuerzo muy grande conjuntamente en la lucha contra el narcotráfico”.
Por su parte, el internacionalista y académico Vicente Torrijos le dijo a este Diario que “primero que todo es lo referente a la renegociación con las Farc y los diálogos con el Eln. Creo que es el punto más importante de todos ya que Estados Unidos puede cumplir un papel bien importante en las aproximaciones entre los diferentes sectores que ahora se hayan involucrado en el proceso de renegociación. Estados Unidos estuvo muy concentrado en la mesa de La Habana, pero ahora cuando se ha visto la necesidad de abrir el abanico, me parece que el papel de Estados Unidos es de acompañamiento muy saludable”.
Un segundo punto que Torrijos considera vital sea retomado con el nuevo Gobierno de Estados Unidos es el narcotráfico porque es “incomprensible” que a pesar de la cooperación de ese país, los narcocultivos se han multiplicado en Colombia. “Eso exige una consideración de fondo porque no solamente es del interés de los Estados Unidos sino también de Colombia en la medida que eso afecta necesariamente la seguridad nacional”.
Un tercer punto que el experto trae a colación es “mantener activos todos los mecanismos de cooperación y seguridad en el hemisferio al mismo tiempo. Es decir, por una parte seguir desarrollando todo lo que significa la Alianza para el Pacífico y la incorporación eventual de Colombia a la OCDE y a otros escenarios internacionales, pero al mismo tiempo sin descuidar la lucha contra el crimen organizado transnacional y quitar la posibilidad de que las redes que tienen que ver con migrantes ilegales, con minería ilegal o con tráfico de armas y explosivos, sigan extendiéndose de la manera que lo han hecho hasta ahora”.
Intereses comunes
La presencia al final de septiembre pasado en Cartagena del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, para la firma del acuerdo final de paz con las Farc, y en los días siguientes la llegada de tres secretarios de estado más es una muestra del punto alto en que se mantienen las relaciones binacionales con esa nación.
Estuvo en Bogotá el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jacob J. Lew, para hablar sobre las perspectivas económicas para Colombia y el fortalecimiento de la lucha contra el lavado de activos, la agenda de cooperación en materia tributaria y la financiación de proyectos de desarrollo asociados al acuerdo de paz.
De igual forma vino a Colombia el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, para hablar sobre posconflicto y la cooperación que entregaría el país del norte en la nueva versión del Plan Colombia, que ahora se denomina Plan Paz Colombia.
Colombia y Estados Unidos comparten la preocupación sobre la violencia que se puede generar en las zonas que dejarán las Farc, una vez abandonen las armas, las cuales podrían ser retomadas por bandas criminales y el Eln.
También el Secretario de Defensa de Estados Unidos dialogó con Colombia sobre el incremento inusitado en los cultivos de coca, que supera las 90 mil hectáreas, y las estrategias que adelantará ahora que la administración Santos decidió archivar las fumigaciones aéreas con glifosato.
De igual forma vino a Colombia la secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Penny Pritzker, con el objeto de analizar las perspectivas de inversión de empresarios de las dos naciones en el marco del TLC que se puso en vigor desde el año 2012.
Los resultados de este acuerdo no han colmado las expectativas de los empresarios colombianos, pues no han crecido las exportaciones ni se ha ampliado el abanico de sectores, el cual se reduce a las flores y otros productos primarios.
El déficit de la balanza comercial de Colombia con Estados Unidos supera los mil millones de dólares.