Paz exige cambio social cualitativo: exguerrillero | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Abril de 2013

Colombia necesita superar las causas de la violencia, pues de lo contrario, aun si se firma un acuerdo de paz con las FARC, en poco tiempo surgirán otros grupos guerrilleros, opinó el senador uruguayo Ernesto Agazzi, ex militante del movimiento tupamaro.

"Me parece que lo importante es un cambio cualitativo en la sociedad y en el Estado. Yo no quisiera que las FARC se institucionalicen, dejen de tener una fuerza armada en la selva, y que en cinco años aparezca otra fuerza armada", dijo este martes en una entrevista con la AFP Agazzi, invitado a un foro en Bogotá que acompaña el proceso de paz entre la guerrilla y el gobierno.

"Se necesita una coincidencia de voluntades. Tiene que haber un gran acuerdo nacional de construir una república afirmada en los principios de democracia inclusiva y con participación", afirmó.

"Esto no se resuelve firmando papeles, es un proceso muy profundo, lleva años. De todas maneras hay que terminar el conflicto para que esto sea posible", añadió el senador uruguayo, al destacar las profundas desigualdades sociales de Colombia.

Agazzi, detenido en su país en 1978 y exiliado luego en Francia, fue uno de los cuatro invitados internacionales al foro sobre participación política que organizaron Naciones Unidas y la Universidad Nacional de Colombia entre el 28 y 30 de abril en Bogotá.

Además de la experiencia de Uruguay con el movimiento tupamaro, en el foro se presentaron también los casos de la transición en El Salvador, Filipinas y Sudáfrica.

El foro, al que acudieron unos 1.500 delegados de la sociedad civil, tiene como objetivo presentar a la mesa de diálogo que desde noviembre pasado sesiona en La Habana propuestas sobre la participación política de la guerrilla, segundo punto de la agenda del proceso de paz.

Pese a las dificultades que observó, Agazzi sostuvo que "lo primero es terminar el derramamiento de sangre. Aparentemente las FARC están interesadas y el gobierno también. Tengo esperanzas de que por lo menos de aquí se pueda pasar a una etapa menos violenta, con más convicción de que hay que entenderse para construir un país".

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), con unos 8.000 combatientes, se crearon en 1964 como una insurgencia campesina y constituyen actualmente la principal guerrilla de este país y la más antigua de América Latina.

Este es su cuarto intento de firmar un acuerdo de paz.

Para Agazzi, el principal mensaje que debe recibir la mesa de diálogo en Cuba es que "la utilización de las armas desde el gobierno o desde otros grupos de la sociedad en una confrontación bélica no tiene ningún sentido".

Y desde la experiencia uruguaya recomienda "pensar más en el futuro que en el pasado, porque el pasado es muy triste y quizás lo único que nos enseña es que matándose unos con otros no se va a construir".

"Uruguay es un ejemplo de un lugar donde se pudo pasar de situaciones de confrontación a un clima de entendimiento y de construcción que nos permite exponer resultados sociales, institucionales y económicos", aseveró.

El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros estuvo muy activo como guerrilla en los años 1960 y 1970, y una vez recuperada la democracia en 1985 tras casi 12 años de dictadura militar, anunció su decisión de desarrollarse en la legalidad.

Uno de sus máximos dirigentes, José 'Pepe' Mujica, ocupa actualmente la presidencia de Uruguay.

El conflicto armado de Colombia, país que a diferencia de Uruguay no ha sufrido una dictadura, ha dejado a lo largo de casi medio siglo unos 600.000 muertos y más de 3,7 millones de personas desplazadas por la violencia.

Además de la participación política, en la agenda de conversaciones de La Habana figuran los temas del desarrollo rural, las drogas ilícitas, el abandono de las armas, y la reparación a las víctimas.

El proceso de paz colombiano cuenta con el apoyo internacional de Noruega, Cuba, Venezuela y Chile.

En Colombia actúa también la guerrilla izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), con unos 2.500 integrantes, que hasta ahora no participa de los diálogos de paz.

AFP.