Unos 700 partidarios del derrocado presidente egipcio Mohamed Mursi son juzgados el martes por el mismo tribunal que la víspera dictó 529 condenas a muerte, una decisión que la ONU calificó de violación del derecho internacional.
Entre los acusados está Mohamed Badie, el guía supremo de los Hermanos Musulmanes, la influyente organización de Mursi catalogada como terrorista por el poder egipcio y reprimida en las calles de forma sangrienta. Badie no estaba sin embargo este martes en el banquillo de los acusados.
Las 529 penas capitales pronunciadas el lunes por el mismo tribunal, sito en Minya (sur), han provocado la reacción de la comunidad internacional, preocupada por la represión metódica de los partidarios de Mursi desde su derrocamiento por militares el 3 de julio.
La ONU dijo este martes que esa condena masiva vulnera el derecho internacional.
"El asombroso número de personas condenadas a muerte en este caso no tiene precedentes en la historia reciente. La imposición masiva de la pena de muerte tras un juicio que estuvo lleno de irregularidades de procedimiento viola el derecho internacional de derechos humanos", declaró un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville.
"Un proceso masivo de 529 personas y que ha durado dos días no puede haber respondido a las exigencias más fundamentales de un proceso justo", añadió Colville.
El portavoz criticó también que muchos acusados no estuvieran presentes en el juicio. De todos los condenados, sólo 153 están presos en Egipto, y el resto prófugos. Apenas 17 personas fueron declaradas inocentes.
La espectacular sentencia fue pronunciada al día siguiente del inicio del proceso contra 1.200 islamistas y otros manifestantes afines a Mursi, a su vez juzgado en cuatro casos distintos.
Los acusados, en su gran mayoría ausentes, comparecen por su presunta implicación en actos violentos que causaron la muerte de dos policías en la gobernación de Minya, y de ataques contra bienes públicos y privados.
Los hechos ocurrieron el 14 de agosto, el mismo día que el ejército y la policía mataron a más de 700 manifestantes pro Mursi en El Cairo.
Los expertos en asuntos judiciales creen de forma unánime que las penas serán conmutadas o anuladas, ya que el tribunal no respetó ni el procedimiento ni los derechos más básicos de la defensa.
El martes, el resto de acusados, 683 exactamente, comparecen ante el mismo tribunal y el mismo juez. Entre ellos, Badie comparece por haber "incitado" a la violencia en Minya, según la fiscalía.
Enfrente tendrán al juez Yusef Sabry, conocido según la prensa egipcia por su extraordinaria severidad. Se cuenta que en una ocasión impuso una pena de 30 años de cárcel a un hombre que robó un traje en una tienda.
Aparentemente, el juez Sabry se ha envalentonado con el ambiente deletéreo que reina en Egipto desde el derrocamiento de Mursi, primer presidente electo democráticamente.
Desde su caída, más de 1.400 manifestantes afines han muerto víctimas de la represión, y miles más fueron detenidos.
Entre estos últimos se encuentra la casi totalidad de la dirigencia de los Hermanos Musulmanes, la formación que ganó todas las elecciones democráticas desde la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011.
Desde Kuwait, donde participa en una cumbre de la Liga Árabe, el emir de Catar abogó por el diálogo político en Egipto, y dijo que su país tiene una relación de "fraternidad" con El Cairo, que acusa a Doha de apoyar a los Hermanos Musulmanes.