Los partidarios de Mohamed Mursi convocaron a manifestar masivamente el martes para exigir la vuelta al poder del presidente egipcio derrocado por las Fuerzas Armadas, pese a que las nuevas autoridades advirtieron que actuarán de modo "firme" ante la protesta.
En este contexto de bloqueo político, la representante de la diplomacia europea, Catherine Ashton, viajó a Egipto, por segunda vez en menos de dos semanas, donde tiene previsto reunirse con todas las partes.
El lunes nueve Organizaciones No Gubernamentales (ONG) exigieron la renuncia del ministro egipcio del interior, Mohamed Ibrahiim, a raíz de la violenta represión del sábado, que causó la muerte de 72 personas, en su mayoría partidarios de Mursi.
"El ministro del Interior debe ser destituido y dar cuenta de sus actos", dijeron en un comunicado las nueve ONG, entre las cuales figuran Iniciativa Egipcia para los Derechos Humanos y Red Araba para la Información Sobre los Derechos Humanos.
Al mismo tiempo, las ONG exhortaron a los Hermanos Musulmanes, que encabezan el movimiento a favor del retorno al poder de Mursi, derrocado por un golpe de estado militar el 3 de julio pasado, que renuncien a la violencia.
Una coalición de grupos islamistas favorables a Mursi llamó el lunes a manifestarse masivamente el martes y a dirigirse a "los edificios administrativos de las fuerzas de seguridad" con el fin de denunciar "el uso de balas reales contra manifestantes pacíficos".
El lunes por la mañana, las Fuerzas Armadas respondieron a ese llamado con volantes de advertencia lanzados desde helicópteros en los lugares donde acampan los partidarios de Mursi.
"Hacemos un llamamiento a no acercarse a las instalaciones o unidades militares. Ayúdennos a proteger su seguridad", decían los volantes dirigidos a los "honorables hijo de la nación".
Sin embargo, nada parece mellar la decisión de los partidarios de Mursi que ratificaron su voluntad de manifestar y llamaron a reunir "un millón de manifestantes" para honrar a los "mártires del golpe de estado".
"Salgan a la calle y a las plazas para reconquistar su libertad, su dignidad -usurpadas por un golpe de Estado sangriento- y por los derechos de los mártires asesinados a balazos" por el nuevo poder, agregó la coalición islamista en un comunicado.
El llamamiento a manifestar hace temer una nueva erupción de violencia que agrave el balance de 300 muertos registrado desde hace poco más de un mes.
Además de las decenas de muertos registrados el sábado, los enfrentamientos causaron el domingo la muerte de dos partidarios de Mursi - uno en Port Said, noreste, y otro en Kafr el Zayat, norte- y una treintena de heridos.
Un oficial de policía, herido el domingo falleció el lunes y un soldado murió en la noche del sábado en el Sinaí, donde desde el golpe de estado ya murieron 10 soldados.
En el Sinaí también han muerto 17 policías este mes y el ejército ha señalado unos 20 "terroristas armados" muertos en total.
Además del vicepresidente Mohamed ElBaradei, con quien se reunió el domingo, Ashton tenía previsto reunirse con Mansur y "con representantes de fuerzas políticas", según la vicepresidencia.
ElBaradei, según un comunicado, le indicó que las actuales autoridades egipcias "están haciendo todo lo posible para lograr una salida pacífica a la crisis actual".
Por último, la organización Human Rights Watch denunció un "desprecio criminal" de las autoridades "por la vida humana".
Estos muertos demuestran "una voluntad chocante por parte de la policía y de ciertos políticos de aumentar la violencia contra los manifestantes pro-Mursi", estimó Nadim Houry, director de HRW para Oriente Medio y África del Norte.