El Parlamento turco inició una nueva legislatura este lunes, en un contexto de difíciles discusiones sobre la redacción de una nueva Constitución más democrática para un país confrontado al recrudecimiento de los combates entre fuerzas de seguridad y rebeldes kurdos.
Durante su tradicional discurso de apertura, el jefe de Estado turco, Abdula Gul, llamó a los parlamentarios a no "caer en la trampa del terrorismo", en referencia a la reciente multiplicación de ataques por parte del Partido de los trabajadores de Kurdistán (PKK) en el sureste del país, y a no renunciar al progreso democrático en Turquía.
"Debemos seguir nuestro camino hacia las reformas democráticas y los derechos humanos", dijo el presidente, instando a los parlamentarios a terminar antes del próximo verano la redacción de la nueva ley fundamental que garantizará más derechos a la comunidad kurda del país (15 millones de los 75 millones de habitantes) y a los turcos en general.
"Tenemos que preparar un nuevo contrato de ciudadanía", dijo Gül.
La redacción de este texto, que reemplazará el redactado tras el golpe militar de 1980, avanza lentamente a causa de importantes divergencias.
El conflicto kurdo vive un neto aumento de la violencia en el sureste de Turquía desde principios de verano, marcado por la proliferación de los ataques armados del PKK, las represalias militares y la represión del movimiento político kurdo por parte de las autoridades.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó la semana pasada que 144 miembros de las fuerzas de seguridad y 239 rebeldes kurdos, que tomaron las armas contra Ankara desde 1984, murieron desde principios de año.