El parlamento austriaco aprobó este miércoles un controvertido proyecto de ley que permite decretar el "estado de emergencia" migratorio para limitar drásticamente el derecho de asilo, mientras la extrema derecha gana adeptos en el país.
El texto, elaborado desde hace meses a pesar de las protestas de oenegés y de una parte de la oposición, es uno de los más restrictivos de Europa y permitirá bloquear a los migrantes en las fronteras sin ni siquiera darles la posibilidad de solicitar asilo en determinadas circunstancias.
Esta nueva ley, adoptada por 98 votos contra 67, limita en particular a tres años la duración de la estadía tras una demanda inicial aprobada y prevé el mencionado "estado de emergencia" migratorio.
"No podemos acoger a toda la miseria del mundo", explicó el nuevo ministro de Interior, Wolfgang Sobotka, asegurando que el gobierno no actuaba "por placer, sino porque otros países no hacen su trabajo" en materia de control migratorio.
Por Austria, situada en el cruce de dos principales rutas migratorias en Europa —la de los Balcanes y la que llega desde Italia—, transitaron cientos de miles de refugiados el año pasado.
El país acogió a 90.000 refugiados en 2015, es decir, más del 1% de su población, sólo superado por Suecia dentro de la UE.
Para 2016, Viena se fijó un techo de 37.500 solicitantes de asilo suplementarios, asegurando que sus capacidades de integración están llegando al límite.
Otrora felicitada por su generosidad en el punto álgido de la crisis, en otoño de 2015, la coalición gubernamental del canciller socialdemócrata Werner Faymann y del vicecanciller conservador Reinhold Mitterlehner ha endurecido su política migratoria, mientras la extrema derecha de la FPÖ se ha hecho fuerte en la república alpina.
El candidato ultraderechista Norbert Hofer recabó el 35% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo. Los dos partidos en el poder quedaron eliminados para la segunda vuelta en beneficio de Alexander Van der Bellen (21,3%), de los Verdes.
La nueva norma prevé limitar a tres años la concesión inicial del derecho a asilo. Además, restringe el reagrupamiento familiar para los beneficiarios de la protección subsidiaria, afganos en su mayoría.
Pero lo que ha generado más polémica es la posibilidad de proclamar el "estado de emergencia" migratoria si los servicios del Estado consideran estar "superados".
Bajo este régimen, todos los demandantes de asilo, incluyendo a sirios e iraquíes, serán contenidos en las fronteras, a menos que puedan probar que están siendo perseguidos en el país del que proceden directamente, por ejemplo, Italia.
- 'En malas manos' -
La líder de los Verdes, Eva Glawischnig, denunció el martes "una supresión de facto del derecho al asilo", mientras que la conferencia episcopal evocó "una violación inaceptable del derecho fundamental que es el derecho al asilo".
Frente a las protestas de una parte de los diputados socialdemócratas, el gobierno aceptó limitar a dos años como máximo la vigencia de esta disposición.
"Se están forjando instrumentos extremadamente afilados que podrían caer un día en malas manos", advirtieron desde el pequeño partido liberal Neos, en clara referencia al ascenso del FPÖ.
Austria afirmó el miércoles su voluntad de reintroducir controles en su frontera italiana a finales de mayo, construyendo una barrera en el paso del Brennero, en los Alpes.
En una entrevista con el diario Die Presse este miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, denunció este proyecto, que calificó de injustificado e ilegal según el derecho europeo.
"Estamos muy lejos de una 'invasión' de refugiados", destacó. Según el ACNUR, han llegado a Italia algo más de 26.000 migrantes en lo que va de año.
En Austria, el flujo diario de migrantes cayó a 150 diarios, según el ministerio de Interior, tras el cierre de la ruta de los Balcanes y la entrada en vigor del acuerdo entre la UE y Turquía en marzo. Viena ha registrado alrededor de 18.000 solicitudes de asilo desde principios de año.