El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, afirmó que existen las condiciones para que Paraguay inicie un diálogo político tendiente a superar la "división fuerte" provocada por la destitución del presidente Fernando Lugo hace dos meses.
"Existen buenas condiciones para iniciar un diálogo político para ver la posibilidad de superar esta division fuerte que ha provocado el juicio al presidente Lugo", dijo Insulza durante una reunión extraordinaria en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la crisis política en Paraguay.
"La situación política transcurre con normalidad" en el país sudamericano, dijo Insulza.
Esta es la cuarta reunión extraordinaria desde la destitución de Lugo el 22 de junio mediante un juicio político sumario del Congreso, que despertó condenas unánimes en la región, sin que la OEA haya podido concertar una posición común frente a los hechos.
Algunos países, como Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, piden suspender a Paraguay de la OEA, pero otros, entre ellos Estados Unidos y Canadá, y el propio Insulza, han advertido contra esa medida por las sanciones económicas que le acarrearía.
Insulza reitero este miércoles su propuesta de enviar una misión de la OEA que promueva el diálogo y reformas políticas y acompañe al país en los preparativos de las elecciones presidenciales de abril de 2013.
La misión permitiría "dialogar primero sobre algo que es del interés común, que son todas las garantias para las elecciones", observar que no haya represalias contra Lugo y sus seguidores y "de ahí pasar a discutir ya sobre entendimientos políticos de más largo aliento que puedan prevenir la presentación de futuras crisis", dijo Insulza.
El embajador de Paraguay, Hugo Saguier, dijo que la "profunda crisis" ya fue superada.
"Apelamos a la comprensión de las Americas (...) y juntos podamos dar vuelta a la página y miremos al presente y al futuro del Paraguay, que se encuentra viviendo en paz y desea continuar por esa senda", dijo Saguier, representante del gobierno del presidente Federico Franco, quien sustituyó a Lugo.
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el bloque económico Mercosur suspendieron a Paraguay hasta las elecciones de abril, como represalia por lo que varios mandatarios de la región consideraron un golpe de Estado.