La cumbre para fundar la Celac, un organismo regional sin Estados Unidos y susceptible de rivalizar con la OEA fue instalada en Caracas por los presidentes de México, Felipe Calderón, y Venezuela, Hugo Chávez, junto a más de una veintena de sus pares de Latinoamérica y Caribe.
"Estamos poniendo aquí la piedra fundamental de la unidad, la independencia y el desarrollo", aseguró Chávez al inicio de una solemne ceremonia celebrada en el teatro Teresa Carreño de Caracas, que dio inicio a la cumbre de dos días.
"Avancemos sin vacilación, porque vacilar es perdernos", arengó el mandatario, durante un discurso en el que defendió la batalla de los pueblos latinoamericanos por su independencia frente a las potencias europeas y Estados Unidos.
"Estoy convencido: ésta es la hora y ésta es la década de América Latina, por ello debemos apresurar el paso hacia la integración", aseveró por su parte Calderón, en cuyo país se acordó la idea de lanzar en febrero de 2010 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), integrada por 33 países.
Los jefes de Estado y de gobierno de la región, o sus representantes, discutirán en la cumbre la forma precisa que tendrá la Celac, en la que tendrán cabida liderazgos heterogéneos, que en los últimos tiempos protagonizaron más de una crisis diplomática.
"¡Unidad, unidad, unidad!", pidió Chávez. "Tenemos que aprender a convivir con esas diferencias y buscar la mejor manera de complementarlas", subrayó el mandatario, impulsor de una alianza regional de gobiernos izquierdistas (ALBA) y co-protagonista de una ruptura de relaciones diplomáticas en 2010 con el entonces presidente colombiano, el conservador Alvaro Uribe.
Para el mandatario, en el poder desde 1999, esta cumbre, aplazada en julio cuando se le diagnosticó un cáncer, supone su retorno a la escena internacional y una ocasión para mostrar, ante rumores que sostienen lo contrario, que superó la enfermedad.
La unión de los países de la región en un organismo político heredero de los foros de la Cumbre de América Latina y Caribe (CALC) y Grupo de Rio, que empezó a gestarse en una cumbre en Brasil en 2008, se plantea inevitablemente como una alternativa a la Organización de Estados Americanos (OEA), que excluye a Cuba, suspendida en 1962, e integra a Estados Unidos y Canadá.
Para Chávez, "la OEA es lo viejo, un espacio que fue manipulado, dominado por Estados Unidos", mientras que la Celac "nace con un espíritu nuevo, como un arma de integración política, económica y social".
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, fue contundente a su llegada a la capital venezolana: "A mí como latinoamericano me rebela que los problemas latinoamericanos se vayan a discutir a Washington", sede de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Más desafiante, su par nicaragüense, Daniel Ortega, estimó que la Celac es "una sentencia de muerte a la doctrina Monroe" emitida en 1823 por el gobierno de Estados Unidos y considerada como el hito que abrió paso a la injerencia de Washington en la región.
Por su parte el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, admitió el jueves que con la Celac se generarán "naturales coincidencias", y confió en que el nuevo organismo "enriquecerá el diálogo a nivel interamericano", a la vez que saludó "las amplias posibilidades de cooperación entre ambas instancias".
Uno de los puntos todavía por definir por los miembros de la Celac es el mecanismo de toma de decisiones: los cancilleres regionales no lograron en una reunión el jueves un acuerdo sobre ese punto, parte de la "Declaración de Caracas", que será suscrita por los presidentes.
Originalmente se propuso que las decisiones se tomaran por consenso pero luego Ecuador sugirió que, en caso de que no se alcanzara la unanimidad, se decidiera por mayoría cualificada./AFP